(Colaboración de Iker Elduayen). La gran Lola Flores cumpliría hoy cien años. Los miles de seguidores que recuerdan y hacen viral a la folclórica seguro que celebrarán el centenario de la artista española más conocida del siglo XX. Y es una buena ocasión para recordar el contacto que la Faraona tuvo con Donostia.
Nacida en Jerez de la Frontera el 21 de enero de 1923, Lola comenzó bailando en la taberna de su padre con el nombre de Imperio de Jerez. Así la conoció el popular cantaor Manolo Caracol, con quien protagonizó Zambra, que se convirtió en el acontecimiento teatral más aclamado de la España de la posguerra y en que la cantante estrenaba el popular tema La Zarzamora.
En 1945, la pareja recorría el país con este espectáculo. Llegaron a San Sebastián, donde el éxito fue tal que tuvieron que prorrogar el éxito dos noches más de lo acordado.
No es la única vez que el dúo pisó la capital gipuzkoana. Lo hizo de nuevo con una estelar parada en la gira de su último trabajo juntos, ‘La maravilla errante’, “un éxito como no se recuerda otro en San Sebastián” tal y como dijo la crónica de la época.
Abarrotaron el Teatro Principal y para celebrar el triunfo el equipo al completo se reunió ante la playa de La Concha para posar ante la prensa.
Presididos por la Flores, destacaban entre los integrantes del cuerpo unos jóvenes Nati Mistral y Tony Leblanc. Vista la acogida quisieron ampliar su estancia, pero los múltiples compromisos de la estrella impidieron que el teatro pudiese volver a colgar el cartel de “localidades agotadas”.
Bailando para Gloria Swanson
Lola Flores regresó a la ciudad como estrella invitada por el recién estrenado Festival de San Sebastián.
En 1954 clausuró la segunda edición. Pero antes se pasó por Igeldo para asistir a una competición de tiro de pichón en la que ejerció de maestra de ceremonias.
Además la organización aprovechó la llegada de la primera gran estrella internacional al Zinemaldia, la legendaria Gloria Swanson, para organizar una fiesta flamenca en que La Faraona y otras folclóricas prepararon un vistoso show para deleitar a la protagonista de ‘El crepúsculo de los dioses’.
Lola Flores volvió a Donostia en 1957, año en que no tuvo reparo en ponerse un delantal y cocinar fritos en Gaztelubide para el equipo de una película mejicana. En aquella ocasión el cronista Antonio Sánchez escribió que la Flores fue “el perejil de todas las salsas”. Y en otro de sus textos escribió lo siguiente dictado por la propia Lola: “¡Ya podías haber escrito en el periódico que aquí estaba haciendo falta Lola Flores!”
La Perla, Bataplan y el Tenis
Tras dar final a la sexta edición del certamen en el Teatro Victoria Eugenia junto a Kirk Douglas en 1958, sus visitas a la capital guipuzcoana se fueron espaciando.
A mediados de los 70 visitó varias veces la discoteca de La Perla y al después al recién estrenado Bataplan junto a su marido y pareja artística, Antonio González “El Pescaílla”.
La faraona actuó también en varias galas en el Real Club de Tenis, amenizando reuniones que allí se celebraban. Aunque se habló especialmente de una ocasión, en 1974, en que tuvo que ser urgentemente sustituida por Encarnita Polo por una supuesta afonía que generó polémica en el selecto club de Ondarreta.
Sin despedida por un posado
Lola tenía que haber regresado para el Zinemaldia de 1983, año en el que hizo de Isabel la Católica en ‘Juana la loca… de vez en cuando’ de José Ramón Larraz. Aunque su presencia se anunció incluso con carteles, la jerezana declinó la invitación. Tampoco hizo acto de presencia en el estreno de la película en Madrid ese mismo septiembre. Según publicó el diario ABC, su abogado le había recomendado no mostrarse en público para así evitar hacer declaraciones sobre el polémico posado (pactado) y que protagonizó para Interviú.
Pasados 28 años desde su fallecimiento, el mito de Lola Flores vive y crece: cada vez es más recurrente su presencia en las redes y las nuevas generaciones la conocen.
Sin ir más lejos, hace un año la Faraona ‘revivía’ para el anuncio ‘Con mucho acento’ de Cruzcampo que, por cierto, ganó el Gran Premio Nacional de Creatividad 2021 en el Kursaal de Donostia. Una ciudad que siempre acogió con mucho cariño a la artista.
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