«Lo que han hecho en Ferrerías con el haurtxoko y el gazteleku es una chapuza». Así lo consideran desde la asociación Gobernu Zibila Kultur Etxe, creada para lograr que Amara ubique su kultur etxea (actualmente en Anoeta) en el edificio del Gobierno civil. Las obras de Anoeta supusieron primero que la biblioteca de Ernest Lluch Kultur Etxea se trasladara al centro comercial Arcco, y desde este fin de semana que los espacios de ocio infantil y juvenil se ubiquen en Ferrerías. Son medidas temporales durante las obras del estadio que «están encontrando una importante reacción en el barrio», expresó Xabier Otaegi al respecto.
Desde la entidad reconocen que para su causa supone «un retroceso» que lejos de avanzar institucionalmente en lograr «que el infrautilizado edificio de Pío XII» termine como casa de cultura, «se busquen parches» mientras termina de rehacerse Anoeta. Ernest Llucha K.E. es un centro considerado por parte importante de los amaratarras como «pequeño y deficiente» y atiende a 14.000 socios.
«Seguimos en conversaciones con las instituciones, la última con el alcalde de Donostia, que está de acuerdo en que el Gobierno civil termine siendo Casa de Cultura, pero los pasos que se dan son muy pequeños mientras Patrimonio del Estado muestra bastante cerrazón», expresó Otaegi, quien contrasta esta situación con el ambiente que se vive en el barrio, cada vez más reivindicativo.
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