(EFE). Los vecinos de Legorreta con edades comprendidas entre los 40 y los 80 años ha comenzado a acudir esta tarde al cribado organizado por Osakidetza en esta localidad de menos de 1.500 habitantes con el objetivo de desvelar el origen del brote de Covid-19 que en 14 días ha disparado su tasa de infección.
La alcaldesa de este pequeño municipio del Goierri, Zelai Amenabarro, se muestra «preocupada» por la situación que vive la localidad, con una incidencia de 1.409 casos por 100.000 habitantes, aunque también optimista por la «responsabilidad» que están demostrando los vecinos, de quienes espera una respuesta «masiva» a su petición para que esta tarde acudan a hacerse las pruebas de detección del virus en el polideportivo del pueblo.
Amenabarro explicó esta mañana, en declaraciones a EFE, que ayer ya pidió cita un 50% de las cerca de 800 personas convocadas para las pruebas, un dato «muy elevado» porque, según desvela, muchos cribados anteriores realizados en otras poblaciones se han saldado con la participación de menos de la mitad de los llamados.
«Ya veremos como va hoy el día, pero parece que la ciudadanía está respondiendo y acudirá a hacerse la prueba», señaló confiada la alcaldesa, quien desconoce por qué, en un momento en el que las tasas de incidencia tienden a la baja en casi todo el País Vasco, las de Legorreta, que aún permanece en zona roja tras haber tenido una tasa de incidencia de cero casos durante mucho tiempo, no han parado de crecer en las dos últimas semanas.
Lo desbocado de la situación ha obligado a cerrar tres de los cuatro bares del pueblo en los que se han detectado positivos entre varios empleados y clientes, a pesar de lo cual, Amenabarro considera que no se puede poner el foco sobre la hostelería, porque gran parte de los infectados de la localidad no tiene relación con estos establecimientos y pertenece a «familias distintas que no tienen relación entre sí», lo que impide obtener «indicios» sobre la fuente del brote.
Sin embargo, conforme pasa el tiempo sin detectar su origen, el «puzzle» se complica, tras descubrirse recientemente que una empleada de uno de estos bares residente en un pueblo vecino se había contagiado fuera de Legorreta, en contacto con sus amigos.
El pasado fin de semana el crecimiento de la pandemia en Legorreta, distante tan sólo 35 kilómetros de San Sebastián, hizo saltar las alarmas entre los responsables municipales que, «muy preocupados», decidieron contactar el lunes con el Departamento de Salud para pedir un cribado masivo entre sus vecinos de entre 40 y 80 años, perfil al que responden la mayor parte de los infectados.
La alcaldesa acompañó esta iniciativa con la difusión de un vídeo a través de los medios del Ayuntamiento y de las redes sociales, en el que destacó la importancia de acudir al cribado «por la salud de uno mismo, por la salud del entorno y por la salud del pueblo», al tiempo que reiteró el llamamiento a cumplir las habituales normas sociosanitarias contra la covid-19.
Sus convecinos esperarán ahora con «incógnita, preocupación y responsabilidad» los resultados de esta prueba que, según Amenabarro, muchos de ellos ya demandaban desde el pasado lunes.
No obstante, el caso de Legorreta no es el único entre los municipios del entorno ya que en Lazkao, con una incidencia de 781 casos por 100.00 habitantes, también se encuentra en zona roja, si bien en esta población el origen del brote ya se ha determinado en el «entorno escolar».
Asimismo en Ibarra, ya fuera del Goierri pero no lejos de Legorreta, la tasa supera los mil casos, por lo que su alcalde, Igor Zapirain, ha solicitado ya la realización de un cribado masivo también en su municipio. EFE
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