Las torres de Arbide cuentan con un capítulo aparte en la historia de la arquitectura donostiarra. Original y un tanto rocambolesco. Lo que está claro es que de milagro pueden disfrutar los donostiarras de su presencia. Este fin de semana se cumplirán 40 años desde que fueron reinauguradas en su actual emplazamiento: Miramon.
Y es que fueron construidas en 1904 en la confluencia de las calles San Marcial, Etxaide y Paseo de los Fueros. Estas torres, formadas por dos palacetes de estilo neogótico con detalles modernistas, fueron construidas por el arquitecto barcelonés Sagnier.
Muchos años después, en 1972, los herederos de Rosa Zubeldia (antigua propietaria y viuda de Arbide) vendieron las torres a una inmobiliaria que se dispuso a derribarlas para levantar una nueva edificación.
Sin embargo la Caja de Ahorros Municipal aprobó una operación para salvar las torres después de comprobar que era posible trasladarlas piedra por piedra a terrenos que la entidad tenía en Miramon. Acción que Kutxa reconoce dentro de su intención de preservar para generaciones futuras la cultura y las singularidades de la ciudad como estas Torres de Arbide.
A diferencia de otras construcciones antiguas, que quedaban reducidas a escombros, las Torres Arbide fueron desmanteladas y trasladadas. Fue una tarea bastante complicada y no desprovista de paciencia, ya que hizo falta despiezar las construcciones en más de 6.300 ‘trozos’ con un peso superior a las dos mil toneladas en total.
Las piedras se numeraron y posteriormente fueron enviadas a los jardines de Miramón, donde un grupo de arquitectos encabezados por Luis Jesús Arizmendi se encargaron de reconstruir el puzzle. El resultado fue impecable.
El 11 de octubre de 1979, cinco años después de iniciarse dicha operación, se inauguraron las torres en el paseo de Miramon, destinándose uno de los palacetes a la Sociedad de Ciencias Aranzadi.
Al acto acudieron representantes municipales y de la Sociedad de Ciencias Naturales Aranzadi, ya que la citada organización ocuparía durante años una de las torres. Se proyectó un jardín botánico con especies autóctonas y una exposición permanente sobre micología en la planta baja.
Posteriormente Kutxa cedió el uso del edificio a la Universidad del País Vasco y en la actualidad es la propia Fundación Kutxa la que hace uso de las Torres de Arbide.
El parque de Miramon es uno de los puntos de encuentro favoritos para muchas familias donostiarras, ya que combina amplios espacios al aire libre con zonas de juego, picnic, estanques, un espectacular caserío museo y hasta su propio anfiteatro. Dispone de más de 600.000 metros cuadrados de zonas verdes.
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