La atracción que ejercen las Perseidas vuelve a atrapar a los observadores del cielo. Aunque las mejores noches para verlas serán del 11 al 12 y del 12 al 13, el Planetario de Eureka! Zientzia Museoa ya está explicando diariamente este fenómeno en todas las sesiones 2D y, al finalizar, ofrece una simulación de esta lluvia de estrellas fugaces. Estas sesiones diarias durarán hasta el 12 de agosto y están incluidas en la entrada del planetario.
Aunque los meteoros de las Perseidas se pueden ver desde el 24 de julio hasta el 22 de agosto, será en la noche del 12 al 13 de agosto cuando podrán divisarse por el firmamento unos 60 meteoros por hora, pudiéndose alcanzar en momentos de máxima actividad y condiciones ideales de observación los 100 meteoros/hora.
Este año la Luna, que será nueva el 11 de agosto, facilitará la observación de estas estrellas en los días de su mayor actividad.
Vemos las Perseidas porque todos los años en estas fechas la Tierra cruza la órbita del cometa Swift-Tuttle (este cometa tiene un período de 130 años y pasó cerca del Sol por última vez en 1992). Es por eso que esta zona de la órbita terrestre está llena de partículas pequeñas (como granos de arena o menores de tamaño) que han sido liberadas por el cometa en sus pasos anteriores. Cuando estas partículas entran en la atmósfera terrestre, la fricción las calienta de tal manera que se vaporizan a gran altura (unos 100 km). Durante unos segundos, las partículas brillan como si fueran estrellas, y por eso este fenómeno recibe el nombre popular de estrella fugaz. No se trata por tanto de una estrella sino de una partícula de polvo incandescente.
Estas partículas de polvo reciben el nombre de meteoroides. Y el trazo luminoso que dejan en la atmósfera se denomina meteoro o popularmente “estrella fugaz”. A una altura de unos 100 kilómetros los meteoroides normalmente se deshacen por completo.
El lugar de observación puede ser cualquiera con tal de que proporcione un cielo oscuro. Es preferible observar desde un lugar que tenga pocos obstáculos para la vista (como edificios, árboles o montañas), y no utilizar instrumentos ópticos que nos limiten el campo de visión. Aunque las Perseidas parecen venir de la constelación de Perseo (de ahí su nombre), se pueden ver en cualquier parte del cielo. Lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad.
Más información en www.eurekamuseoa.es
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