En el Día Internacional Contra la Violencia de Género no podía faltar la voz de las mujeres pensionistas y en Donostia se han hecho oír. «Por diferentes factores sufrimos de manera despiadada situaciones de discriminación: asumimos el cuidado y atención de todos los miembros de la familia, de manera gratuita, contribuyendo con muchos miles de millones de euros al PIB; hemos sufrido una grave desigualdad en el acceso a la educación y al empleo y cuando nos incorporábamos al trabajo remunerado asumíamos los trabajos peor pagados y menos considerados socialmente».
En la CAV las pensiones por debajo de 600 euros son el 20% e inferiores a 1.100 euros el 57%. «Entre ellas están las mujeres que han enviudado con pensiones un 40% menor que la de los hombres, con una pensión de viudedad de 602 euros de media, que les aboca a una situación de exclusión y pobreza».
En la concentración de la Plataforma de pensionistas de Alderdi Eder se ha hecho mención, también, al informe sobre exclusión y desarrollo social en Euskadi elaborado por Foessa para Cáritas. «Según el estudio el 15,2% de la población, 334.000 personas, están excluidas. De ellas 194.000 se encuentran en una condición de exclusión severa y alrededor de la mitad, unas 90.000, en una situación extrema pobreza».
Ha destacado la agrupación que lo más preocupante es que está aumentando la distancia entre las personas con dificultades y el resto de la sociedad «haciendo de Euskadi una de las comunidades más desiguales del Estado, dato que no se plantea en los discursos oficiales».
Los pensionistas donostiarras acudirán el 12 de diciembre al Parlamento Vasco para pedir que se complementen las pensiones mínimas hasta 1.080 euros.
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