La Diputación Foral ha confirmado la recuperación de la nutria, una especie amenazada y que llego a darse por desaparecida, en la totalidad de las cuencas fluviales de Gipuzkoa. Las imágenes obtenidas recientemente mediante fototrampeo y analizadas en el Servicio de Fauna y Flora Silvestre del departamento de Equilibrio Territorial Verde no arrojan lugar a dudas: se trata de un grupo familiar de nutrias en una zona húmeda de Gipuzkoa, y constituyen una prueba inequívoca que confirma su reproducción.
“Este grupo familiar, unido a las citas que se venían recopilando estos últimos años en todas las cuencas del territorio, nos permite afirmar que la nutria ha vuelto a Gipuzkoa, sin duda una excelente noticia que llevábamos décadas esperando”, afirmó este viernes el diputado de Equilibrio Territorial Verde Xabier Arruti.
La nutria (Lutra lutra), es un mamífero semiacuático perteneciente a la familia de los mustélidos, y catalogada “en peligro de extinción” en el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas. Tiene hábitos acuáticos o semiacuáticos y se alimenta principalmente de peces, cangrejos y pequeños insectos. Esta especie se hizo muy rara en Gipuzkoa a mediados del pasado siglo como consecuencia de la contaminación y se dio por desaparecida en los años sesenta, cuando se cazaron los últimos ejemplares en localidades ribereñas del río Oria (Lazkao, Itsasondo…).
Los tres sondeos estatales realizados en 1984-85, 1994-96 y 2004-06 no ofrecieron resultados positivos en Gipuzkoa, salvo una primera cita aislada en el río Bidasoa en el límite con Navarra (Endarlatsa).
A partir de 2014-15, se confirma su presencia continuada en el bajo Bidasoa y su expansión hacia el oeste del territorio.
La recuperación de la especie se ha venido completando paulatinamente en los últimos diez años, de modo que hoy es posible encontrar rastros de nutria e incluso disfrutar de la observación de algunos ejemplares en todas las cuencas guipuzcoanas.
Desde los lugares que cuentan con una mayor presencia humana, como pueden ser los tramos medios y bajos del río Deba, hasta los rincones mejor conservados, como la ría de Jaitzubia o el río Leitzaran.
Bioindicadores
“La presencia de esta especie tiene gran importancia, ya que son considerados bioindicadores que reflejan el buen estado ecológico de las masas de agua, y son el resultado del enorme trabajo realizado en el medio fluvial a lo largo de estos últimos años. En poco más de una década la especie se ha recuperado, extendiéndose de este a oeste del territorio, lo que demuestra la mejora de la situación de nuestro medio-ambiente y de nuestros ríos, a la que han contribuido los proyectos que hemos venido desarrollando. Pero tenemos que seguir trabajando para estabilizar esta recuperación”, explicó el diputado.
Una parte muy importante de los trabajos de recuperación de los ecosistemas fluviales en Gipuzkoa se han ejecutado a través de proyectos financiados por la Unión Europea. Desde el año 2011, de manera ininterrumpida, mediante los proyectos BIDUR, GURATRANS, H2O Gurea, y LIFE IREKIBAI, se ha profundizado en el conocimiento hidrogeomorfológico del Bidasoa, Urumea y Oria, se han eliminado presas, se han ejecutado pasos de peces (escalas, rampas y esclusas), y se han desarrollado multitud de acciones conjuntas entre la Diputación Foral de Gipuzkoa y el Gobierno de Navarra para la protección de otras especies amenazadas como el desmán ibérico o el visón europeo. También se ha trabajado para la erradicación de especies invasoras como el visón americano y se han sustituido especies exóticas como el plátano, bambú, y fallopia, por especies autóctonas del bosque de ribera como la aliseda cantábrica.
En este sentido, actualmente se está trabajando intensamente en la cuenca del Urumea, en el marco del proyecto LIFE KANTAURIBAI 2022-2027.
En este proyecto, junto con la Diputación participan otros 12 socios, con un presupuesto total de 10,8 millones, de los que la Diputación aporta 2.6. Más información: (Vídeo) Vuelven las nutrias al Urumea
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