Volvieron al trabajo por responsabilidad hacia los usuarios de las residencias donde trabajan, pero el coronavirus se debilita y minutos después de que el diputado general Markel Olano anunciara el plan para que estos centros recobren la normalidad, las mujeres que allí desempeñan su labor respondían que volverán a los paros y a las reivindicaciones. Esta vez con mascarillas.
Las empleadas del sindicato ELA llevaron a cabo hasta el inicio de la crisis 243 días de huelga. “La crisis sanitaria ha dejado dos cosas claras: el trabajo que realizan las mujeres en las residencias es un servicio público esencial y un modelo que prima el beneficio económico al cuidado de nuestros mayores, llevado al límite, deja un reguero de muertes”, han denunciado esta mañana frente al edificio de la Diputación.
Si no se tienen en cuenta sus reivindicaciones, “que se han visto reforzadas y legitimadas más si cabe aún con la pandemia”, volverán a la huelga. Sin olvidar que estos meses han sido los peores vividos para muchas de las empleadas que han visto ver fallecer a muchos residentes.
“Hay que convertir los aplausos que la sociedad ha dado durante estos días en condiciones laborales dignas y una calidad asistencial donde se priorice a las personas y no el beneficio económico”, ha manifestado el sindicato ELA, que ha vuelto a denunciar que no ha logrado reunirse con los altos cargos de la Diputación.
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