La cita cultural de este fin de semana es con una obra representada por vez primera en el 441 adC que llega a nuestros días actualizada y reivindica un personaje femenino que ha sido fuente de inspiración a lo largo de los siglos: Antígona, la protagonista de la tragedia de Sófocles que nos sitúa ante el dilema de qué atender antes, la conciencia o la obediencia.
El espectáculo que presenta el ballet de Víctor Ullate también es fuente de inspiración, sin lugar a dudas. Ya lo fue en Mérida durante su estreno y posteriormente en El Escorial. Y llega a la Quincena Musical como un regalo.
Al escenario del Kursaal se han subido el sábado y volverán a hacerlo el domingo 23 bailarines con dos protagonistas de excepción: la zumaiarra Lucía Lacarra, que siempre es muy bienvenida en casa, y Josué Ullate, hijo de Víctor que en 2013 fue reconocido como mejor bailarín revelación de la escena contemporánea en el premio Leonide Massine.
Minutos antes del último ensayo del sábado el asistente de dirección, Gianluca Battaglia, ha explicado para DonostiTik que la obra resulta «muy intensa» y que en la misma tesitura, sin descanso, ha transcurrido la preparación de la misma.
«Hay varios personajes protagonistas, algo que ocurre pocas veces en danza, y aparecen y desaparecen del escenario». Para Battaglia, precisamente, son las transiciones entre unas y otras escenas la mayor complicación del montaje. «También que cada personaje se haga entender sin palabras cuando la historia de Antígona es tan compleja».
Tras meses de trabajo dan la misión por cumplida y los bailarines reconocen haber disfrutado en la preparación.
Lo cierto es que el montaje de Antígona resulta hipnótico con la danza y la música llenas de reminiscencias árabes en correspondencia con Tebas y su historia. Y efectivamente hay muchos cambios a lo largo del espectáculo, que empieza con Edipo arrancándose los ojos tras saber que se ha casado con su madre, incluye diversas escenas con el pueblo y sitúa al espectador ante el conflicto de Antígona con el Rey Creonte, que llega a encarcelarla y terminará solo tal y como le predijeron.
Según ha dicho el propio Víctor Ullate, que comparte la coreografía con Eduardo Lao, ésta es su despedida. El punto y final de la carrera del que para muchos es el bailarín español con mayor proyección internacional de todos los tiempos.
Otro acicate más para no perderse la segunda representación de Antígona en Donostia, hoy domingo.
Decía Battaglia durante el ensayo que la música de la obra es moderna y maravillosa (lo es) y la escenografía también luce ambos adjetivos. «Creo que es una obra que puede conquistar a cualquiera, también a los profanos de la danza», añadió el asistente de dirección dando en el Kursaal las últimas directrices a los bailarines.
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