(EFE). El hombre que murió la madrugada del 14 de marzo de 2020 tras recibir más de 40 puñaladas en el barrio donostiarra de Gros no pudo identificar a su agresor cuando dos agentes de la Guardia Municipal intentaron auxiliarlo, mientras agonizaba sobre el suelo de la Plaza de Cataluña donde poco después murió.
El testimonio de ambos policías ha centrado la quinta jornada del juicio con jurado que se sigue en la Audiencia de Gipuzkoa contra un hombre de origen cubano, imputado por este crimen, y su novia, que se sienta junto a él en el banquillo de los acusados por presuntamente encubrirlo.
La Fiscalía reclama 25 años de cárcel para el procesado y un año y medio de reclusión para su exnovia, peñas que la acusación particular, que ejerce la familia de la víctima, eleva hasta los 30 años de cárcel para el primero y hasta los tres para la segunda.
Según la versión de las acusaciones, los hechos se habrían iniciado en un pub cercano al lugar del crimen, donde el inculpado tuvo un desencuentro con el fallecido porque habría intentado bailar con su novia.
Poco después el procesado abandonó el local junto a la chica, fue a su domicilio, se cambió de ropa y regresó al establecimiento, del que supuestamente sacó a la víctima y la condujo a la citada plaza para presuntamente apuñalarla.
Cuando sobre las 6.00 horas de aquel día los dos agentes de la Policía Local llegaron al lugar de los hechos, un testigo presencial les relató cómo había visto lo que en un primer momento pensó que se trataba de una disputa a «puñetazos», en la que uno de los contendientes le dijo al otro: «Vale, perdona, perdona, perdona».
Seguidamente el testigo les indicó el sitio en el que se hallaba la víctima, después de que el agresor abandonara el lugar hacia la calle Gran Vía.
Los guardias localizaron al apuñalado en el «suelo acolchado» del parque infantil de la plaza, donde permanecía tendido «lateralmente» sobre su costado derecho, con la cabeza sobre una cazadora, aún con los «ojos abiertos» y entre «jadeos». «Se le movía muy levemente el pecho. Aún estaba con vida, pero no podía articular palabra», han recordado estos policías.
«Lo intentamos pero era imposible», ha explicado uno de los agentes, que se vieron impactados por el ruido que producía el aire al salir por los «orificios» de las numerosas heridas que presentaba la víctima y que se apreciaban a través del jersey.
Tras la llegada de las ambulancias y después «asegurar» la zona, los policías se centraron en la búsqueda del responsable del crimen, porque pensaron que «no podía haber ido muy lejos» y querían aprovechar que como era muy temprano «aún no había mucha gente en la calle».
Estos policías también «batieron» la zona para localizar el arma homicida, que finalmente no pudo ser localizada en ningún momento de la investigación asumida posteriormente por la Ertzaintza.
Varios agentes de este cuerpo, que también han comparecido en la sesión de hoy, han declarado no obstante que al interrogar a dos compañeros de piso del acusado descubrieron que éstos echaban en falta un cuchillo de cocina de 21,5 centímetros de hoja, que era «el de más envergadura» de los que tenían en casa, «el que más cortaba» y, por tanto, su «preferido» para utilizarlo en las labores domésticas.
Estos ertzainas han precisado que, como estos dos compañeros de piso recordaban la marca del cuchillo, pudieron identificarlo «sin ningún género de dudas» cuando les fue mostrado uno similar en la página web del fabricante.
A diferencia de jornadas anteriores, en las que el principal acusado se había mostrado exaltado y habría protagonizado enfrentamientos verbales con el fiscal e incluso llegó a ser expulsado momentáneamente de la sala por la presidenta del tribunal, hoy únicamente ha interrumpido la sesión en una oportunidad en la que ha sido reconvenido por su abogado tras lo que ha seguido con tranquilidad el resto del juicio.
Esta previsto que las sesiones se reanuden el próximo lunes con las declaraciones del único testigo presencial del crimen, y de una excompañera sentimental del acusado, así como de sus dos compañeros de piso, entre otros testigos.
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