Una historia sobre un ‘topo’ en un pueblo de Andalucía. Un hombre que es marido, luego también padre, que ve pasar 33 años de la vida de todos desde un agujero en el suelo donde se esconde huyendo de una muerte segura. «Una alegoría del miedo», ha expresado el trío Goenaga, Arregi y Gareño, que tras ‘Handia’ sube un peldaño más en su envidiable carrera y conquista al público con ‘La trinchera infinita’. Una apuesta original y arriesgada donde la Guerra Civil y la posterior Dictadura son sólo un contexto. «Todos tenemos miedos, hasta los millennials», han dicho los responsables del film en la rueda de prensa.
Ha contado José Mari Goenaga que tras ver el documental ’30 años de oscuridad’ en un Festival de San Sebastián, precisamente, empezó a valorar la posibilidad de hacer una incursión en este capítulo de la historia española. «Los topos son el material ideal para una alegoría sobre el miedo». Y es que Higinio, recién casado con Rosa, se salva por muy poco de la muerte cuando decide esconderse. Pero posteriormente esta decisión de encerrarse se convierte en una losa.
Los actores Belén Cuesta y Antonio de la Torre se comen la pantalla. Él desde la inquietud de su mirada y ella (que en política no se mete, recalca el marido) como la principal víctima de esta historia, como un soporte inquebrantable, como quien hipoteca su vida por una causa mayor.
«Es la representación de algo inimaginable, es un imposible. Como actor haces lo que puedes», ha explicado De la Torre, a lo que Cuesta ha añadido que es de las historias más importantes que ha contado en su carrera y que fue una fortuna poder tener tiempo para preparar su personaje porque realmente lo requería.
Esta preparación comenzó por el acento andaluz y de hecho la parte andaluza de la producción ha reconocido hoy en la rueda de prensa que el respeto ha sido exquisito en este punto. «Han tenido que venir del País Vasco a cuidar el acento andaluz como no se había hecho antes», ha puntualizado Olmo Figueredo.
Antonio de la Torre ha narrado que fueron muchas las reuniones con habitantes de los pueblos que incluso les tomaron ‘prestadas’ algunas frases. «Un pastor analfabeto me dijo aquello de tener el perejil dentro y la rama saliendo por la boca«. Algo que se escucha prácticamente al inicio de la película en la escena del pozo donde se oculta Higinio y ve morir a dos de sus vecinos.
A partir de ahí comienza el encierro. Y en contra de lo que parece la vida sigue en el exterior. Higinio ve sólo parte de la misma con la incertidumbre y la desconfianza que eso genera. Con más miedo todavía.
Goenaga, Arregi y Garaño, responsables de ‘Handia’ y ‘Loreak’, han presentado un trabajo impecable que traslada al espectador ansiedad al inicio y claustrofobia después. ‘La trinchera infinita’ ya es de las favoritas del Festival de San Sebastián y atentos a los Goya. Que los dos actores están… tremendos.
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