El sindicato ELA tacha de «caótica» la situación que se ha creado en las cárceles vascas tras la transferencia de la competencia de prisiones «como consecuencia de la falta de personal y la precarización de las condiciones laborales». Esto explicaría, según el sindicato, la dimisión sin confirmar de Arantza Collado, jefa del servicio de Gestión de Personal Penitenciario, y de más responsables. Una información que dio el diario El Mundo y que incluía la dimisión de la directora de la cárcel de Martutene, Marian Moreno. Como se ha dicho son informaciones sin confirmar oficialmente.
El sindicato recuerda que el pasado julio presentó una propuesta a la Consejería de Justicia del Gobierno Vasco ante la inminente transferencia de la competencia de prisiones. Ese documento hacia hincapié en las bases que debería tener el modelo penitenciario vasco y sus condiciones laborales.
«Casi un año después la situación no puede ser más decepcionante: el Gobierno vasco ha hecho caso omiso a las propuestas realizadas por este sindicato y en octubre firmó un acuerdo con UGT-Acaip que, pese a contar con una importante representación a nivel estatal, en la CAVP solo representa al 12%».
Según ELA ese acuerdo trajo consigo la integración de los trabajadores en la Administración vasca sin una previa propuesta clara de la estructura organizativa de las necesidades reales y del dimensionamiento de la plantilla.
En abril de este año el Gobierno vasco firmó un nuevo acuerdo UGT-Acaip y ELA denuncia que éste ha provocado una doble escala salarial, una bolsa de trabajo que trae consigo la temporalidad, un aumento de las jornadas de trabajo de hasta 15 días de trabajo al año… «Esto ha provocado el hartazgo generalizado del colectivo, que ha visto cómo la transferencia se traduce en una pérdida de condiciones laborales y en un gran caos organizativo».
Por todo ello mañana habrá una movilización en el Centro penitenciario de Araba (Zaballa) y pueden llegar más. «ELA pide a la Consejería de Justicia que recapacite, que cambie radicalmente su postura, que escuche al colectivo de trabajadores y que se siente a negociar un modelo penitenciario humano y basado en la reinserción, las necesidades de plantilla para llevarlo a cabo, sin temporalidad, y unas condiciones de trabajo iguales para todas y todos».
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