En la tensa espera se encuentran estos días el preso de origen gipuzkoano Pablo Ibar, encarcelado en Estados Unidos, su familia y por supuesto su abogado Joe Nascimento. Todos a la espera después de que el pasado 28 de febrero presentaran un recurso ante el Tribunal de Apelaciones del 4º Distrito Judicial de Florida en demanda de «un nuevo juicio con todas las garantías legales». «Les he dado doce motivos jurídicos por los que Pablo debería tener un nuevo juicio. Bastaría con que estuvieran de acuerdo con un solo argumento», ha dicho Nascimento esta mañana en la facultad de Derecho de Donostia.
Allí Nascimento y el portavoz de la asociación Pablo Ibar-Juicio Justo, Andrés Krakenberger, han recordado que esta entidad mantiene el caso vivo «siempre gracias a las aportaciones y a los ánimos recibidos desde el País Vasco». Con ello la situación de Pablo, que pasó del corredor de la muerte a la cadena perpetua, mantiene aún luces de esperanza entre los entresijos legales.
Unos entresijos que, tal y como ha recordado Nascimento, pasan por «el horrible sistema carcelario de los Estados Unidos», por «pruebas falsas», «fiscales que buscan antes su éxito que la justicia» y en resumidas cuentas mucha arbitrariedad. Incluso pasan por que en determinado momento la Justicia reconociera que Ibar había tenido una defensa letrada ineficaz y que las pruebas por las que había sido condenado eran “escasas” y “débiles”.
Desde 1994 en la cárcel
Cabe recordar que a Pablo Ibar se le acusó acusó de un triple asesinato cometido en Floria el 26 de junio de 1994. Otro acusado, Seth Peñalver, también fue condenado, si bien logró que se repitiera el juicio y salió absuelto.
Menos suerte tuvo Pablo, de quien familia, asociación y abogados siempre han dicho que todavía no ha logrado ser sometido a un juicio justo. El pasado 28 de febrero apelaron para lograr enfrentarse de nuevo a los tribunales y ahora están en la tensa espera.
«El numero de páginas del sumario del caso superaba los 20.000 folios y a mí me limitaron a 70 páginas la apelación inicial. No hice casos y presenté 150. Me la rechazaron. Finalmente fueron 95 páginas», ha narrado esta mañana Nascimento, quien ha desgranado alguna de las bazas que le dan esperanza. Como que el ADN en la camiseta de Pablo estaría por todas partes si él hubiera cometido el asesinato «y se reduce a una gota que apareció antes del último juicio». O a que la fiscal reconoce que no había inguna relación entre las víctimas y Pablo Ibar .
La Asociación que defiende un juicio justo para Pablo Ibar mantiene una campaña de crowdfunding y pide ayuda para dar nuevos pasos en favor del preso.
Esta apelación costará 200.000 euros de los cuales han recaudado ya 135.000.
La atmófera política, en contra
«La atmósfera política en Florida ha empeorado muchísimo», han narrado esta mañana Andrés Krakenberger y Joe Nascimento. «La pasada semana se aprobaron leyes que posibilitan que sea el Estado donde más fácil resulta condenar a muerte y ejecutar al reo».
No se atreve Nascimento a decir si estas nuevas leyes pueden perjudicar a Ibar. «Cosas que yo pensaba que eran imposibles han ocurrido».
El abogado ha recordado que a día de hoy hay 29 Estados con pena de muerte en Estados Unidos.
El Tribunal Supremio marcó un hito exigiendo que los veredictos de pena de muerte tenían que ser unánimes. Sin embargo en 2017 Florida cambió su legislación en este sentido y a día de hoy basta con que voten a favor 8 de los 12 jurados. «Los políticos de Florida utilizan la pena de muerte como un punto más en sus agendas políticas para promover sus propios intereses», ha dicho Nascimento.
Sin descanso
Nascimento visitará estos días el Parlamento Vasco, donde será recibido por representantes políticos a los que trasladará en nombre de su cliente el agradecimiento a las instituciones y sociedad vasca por el apoyo recibido todos estos años.
La visita de Joe Nascimento y Andrés Krakenberger se enmarca dentro de las múltiples iniciativas que la Asociación Pablo Ibar-Juicio Justo viene realizando para denunciar la situación en la que se encuentra Ibar, que actualmente cumple pena de cadena perpetua, tras un proceso judicial que, como sostiene su abogado, ha estado plagado de irregularidades.
La ONG lleva más de veinte años trabajando en dar visibilidad a este caso que mantiene a Pablo Ibar privado de libertad desde 1994, de los que dieciséis estuvo en el corredor de la muerte, «sin que en su contra existan pruebas concluyentes de su participación en los hechos que se le imputan: los asesinatos de tres personas en una vivienda de la localidad estadounidense de Miramar, próxima a Miami».
La Asociación mantiene una campaña de crowdfunding y a través de su página web www.pabloibar.com y las redes sociales se pueden efectuar las aportaciones.
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