La reducción del aforo en los interiores y concretamente en el Kursaal «es un contratiempo serio para a la programación», ha reconocido hoy el alcalde Eneko Goia, quien pese a todo y como en el tema de las sociedades gastronómicas manifiesta que entiende la medida como necesaria.
Goia considera que objetivamente resulta difícil matener programación con un público tan acotado. «Bajar de 1.800 espectadores a 600 era un problema y bajarlos ahora a 400 es otra vuelta de tuerca«. Se ha referido a los conciertos de Izaro y Euskadiko Orkestra, con los cuales ha sido posible llegar a acuerdos sumando fechas, «pero en términos generales es muy complicado».
Hay espectáculos que no resultan rentables con un público de 400 personas tal y como ha destacado Goia. «Son umbrales de sostenibilidad difíciles de mantener«.
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