Donostia Kultura y la Filmoteca Vasca presentaron ayer en Tabakalera una publicación dedicada a Luis Buñuel, el director que en 2021 protagoniza el ciclo de la programación Nosferatu. Coordinado por el director de la Filmoteca, Joxean Fernández, y el crítico Jesús Angulo, a lo largo de sus 300 páginas el libro cuenta con 18 artículos de grandes especialistas en la obra del genio aragonés. El objetivo ha sido ofrecer múltiples enfoques en torno a la figura de Buñuel y su filmografía, plagada de obras maestras y, en todo caso, realizar un acercamiento que conscientemente busca interesar tanto al mundo académico como al de la cinefilia en general.
En la introducción del libro, Angulo y Fernández se refieren a Buñuel, “considerado por muchos el mejor realizador de la historia del cine español”, como un artista “de una insobornable libertad, de una insólita originalidad y de un compromiso social alejado de moralismos y dogmatismos”. “La obra de Buñuel es una isla tan difícil de etiquetar como, paradójicamente, reconocible”, añaden los coordinadores de la publicación, a la venta próximamente en librerías y disponible gratuitamente para quienes adquieran el bono de cine de Tabakalera.
El director Carlos Saura, considerado uno de los más aventajados discípulos de Buñuel, participa doblemente en la publicación: por un lado, con la fotografía de la portada, un retrato de Buñuel posando de perfil en Toledo, y por otro, con el prólogo, que reproduce una carta que dedicó al maestro como homenaje tras su muerte en 1983.
Mientras continúan adelante las proyecciones del ciclo, que comenzó a principios de enero con la proyección de ‘Un perro andaluz’ (1929) y ‘La edad de oro’ (1930), el escritor Harkaitz Cano prepara un libro original en euskera que define como “un ejercicio literario muy libre y lúdico”. La publicación, que verá la luz durante 2021, no será un estudio al uso, sino un trabajo de creación que abundará en el surrealismo de Buñuel y partirá de algunas escenas de sus películas y de su conocido libro de memorias, ‘Mi último suspiro’. Cano también planea especular con el vínculo que el director tuvo con Donostia.
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