Ocho días antes de su estreno en los cines se ha preestrenado en Donostia ‘El hijo del acordeonista’ sobre la novela de Bernardo Atxaga, quien se ha mostrado encantado con el resultado cinematográfico. ‘El hijo del acordeonista’ es un relato sobre la historia reciente de Euskadi que el escritor ha comparado con una imagen que vio cuando se destruía un edificio a golpes. «Después, por la tarde, acudí y miré el interior del edificio. Estaba todo movido. La cocina, los azulejos… todo fuera de su lugar. Me pareció una metáfora de lo ocurrido en este país desde la Guerra Civil», ha expresado Atxaga en rueda de prensa.
En opinión de Atxaga al encarar la obra, ya sea literaria o cinematográfica, se podía hablar sobre lo superficial, el exterior del edificio, o sobre el interior. Y Atxaga cree «un acierto» que la película se centre en la relación entre los dos amigos «porque la interioridad es mayor».
El escritor ha comparecido en rueda de prensa con el director del film Fernando Bernués y con los actores Mireia Gabilondo e Iñaki Rikarte, acompañados por el director del certamen Josemi Beltrán. Bernués ha agradecido la presencia de la película en el Festival de Cine y Derechos Humanos, donde encaja perfectamente «tras la conculcación permanente de derechos humanos» que se ha vivido en el País Vasco.
Con el trasfondo de ETA, el equipo es consciente de que la película puede ser entendida según el lugar desde donde se mire. En todo caso Atxaga ha defendido el arte «porque da posibilidad de reacción» y ha recordado que «cuando uno ve una película siempre lo hace desde su situación en particular».
Por su parte Bernués ha reconocido que le sorprendió la buena acogida en Nantes y en Huelva, adonde acudió «con prevención» por si «violentaba» el tema en unos momentos en que se tiende a ver todo «blanco o negro». «En todo caso, habrá lecturas de todo tipo y habrá quien se enfade como ocurrió con la obra de teatro».
La amistad de dos amigos que atraviesa 25 años de silencio y cuyas vidas transcurren también a golpes (la muerte de un amigo, la conciencia del pasado colaboracionista del padre…) centra el film, rodado en euskara que ha contado con la participación del Gobierno vasco y ETB. Está producido por ABRA Prod y Teantzioa Produkzioak.
Con este plato fuerte y con sabor euskaldun se abre el Festival de Cine y Derechos Humanos que oficialmente comienza mañana viernes y será clausurado con ‘Gracias a Dios’, una película de Francois Ozon sobre los abusos sexuales a menores en la iglesia católica.
El premio del festival se lo llevará este año la cineasta palestina Annemarie Jacir y cabe destacar que entre las temáticas de esta edición sobresalen la de los refugiados, el feminismo, la libertad sexual, etc.
Más detalles sobre el certamen:
Pantallas donostiarras listas para la 17 cita con los derechos humanos
Deja un comentario