Dicen quienes la tienen ‘fichada’ que es el cuarto año que esta pata azulona elige la fuente junto al Hotel María Cristina, en la plaza Santa Catalina, para sacar adelante a su prole, un entorno muy urbano donde sin embargo se siente como en casa y donde ya vuelve a verse la tierna imagen.
El año pasado, pasadas varias semanas desde el nacimiento de los patos, personal de Parques y Jardines del Ayuntamiento los trasladó a Cristina Enea, donde continuaron creciendo.
Desde Eguzki afirman que el pasado año fueron dos patas las que criaron en este pequeño estanque y dan casi por seguro de que ésta en particular lleva ya cuatro años repitiendo. «Es una pata cinco estrellas», dicen los ecologistas.
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