(EFE). «La muerte de Santi Coca fue una desgracia, no un homicidio«. Esta frase, en palabras de una de los abogados de los acusados del fallecimiento de este joven, tras recibir una paliza en abril de 2019 en el exterior de una discoteca donostiarra, resumió este viernes la posición de las defensas.
Los acusados son cuatro jóvenes, dos de origen rumano, uno marroquí y un cuarto de nacionalidad española, para los que las acusaciones piden quince años de cárcel, entre otras penas accesorias, como autores de un delito de homicidio por dolo eventual con la agravante de superioridad, así como de dos delitos de lesiones.
Sus abogados defensores, que reclaman la absolución de todos ellos, presentaron este viernes sus informes ante el tribunal del jurado encargado del caso, que previamente ha escuchado las opiniones de las acusaciones sobre la muerte de Coca, de 17 años, fallecido a consecuencia de una hemorragia cerebral el 28 de abril de 2019 en el Hospital Donostia, dos días después de haber recibido una paliza en el exterior de una sala de fiestas de San Sebastián.
Un acusado quedó en libertad el miércoles
Un quinto inculpado quedó en libertad el pasado miércoles después de que se retiraran las acusaciones en su contra, mientras que el sexto, conocido como «el argelino», se encuentra huido de la justicia desde meses atrás y ha sido la persona hacia la que el resto de las defensas han dirigido sus sospechas.
En esta línea, la letrada del joven de nacionalidad española mantuvo el viernes que «no hay prueba de cargo» en el caso que permita identificar a su cliente como uno de los autores de la agresión a Santi Coca, cuando además «el que golpeaba sin duda» era el imputado que se encuentra fugado.
Afirmó también que resulta «evidente» que «no se buscaba» el «resultado de muerte» del menor ni siquiera como algo «posible», cuando además se trata de algo que «ni los forenses saben explicar».
Dijo asimismo que no le cuadra «nada» que unos testigos de los hechos hablen de «agresión colectiva», mientras que otros digan que se trató de una «movida» o un barullo».
Reexaminar vivencias
La abogada opinó que algunos de los testigos que creyeron haber visto patadas durante los hechos lo hicieron tras «reexaminar sus vivencias» después de haber visto el vídeo de las cámaras de seguridad «800.000 veces».
Ha insistido igualmente en que las lesiones que sufrió Coca eran «muy leves» y similares a las que también recibieron otras personas en estos mismos hechos pero que sin embargo «no fallecieron».
Por su parte el defensor de uno de los dos acusados de origen rumano, primos entre sí, ha detallado que su cliente sólo estuvo «presente» en el lugar, sin que exista «una sola prueba» de su participación en lo sucedido ya que, al igual que su pariente, «sólo intervino para separar» a los contendientes.
Ausencia del «argelino»
Este abogado subrayó que el autor de la agresión «sin lugar a dudas» es «el argelino» -el acusado que está huido- y ha admitido que a las defensas les hubiera «gustado» que estuviera presente en la vista porque él mismo reconoció a la Ertzaintza que golpeó a Santi Coca.
Ha alegado finalmente que no existen pruebas de cargo «suficientes» contra su defendido, para el que ha reclamado la presunción de inocencia, al tiempo que ha recordado el principio «in dubio pro reo» por el que ninguna persona puede ser considerada culpable «en caso de duda».
El letrado del otro ciudadano rumano ha comparado este caso con un «suflé», en el que se ha pasado de unas «acusaciones muy duras» de asesinato con agravantes a otras de homicidio únicamente para cuatro procesados, tras haber quedado el quinto en libertad.
Apaciguar los ánimos
Este profesional incidió además en que «no existe prueba de cargo» contra su patrocinado que, por otra parte, sólo tuvo la intención de «apaciguar los ánimos» en el incidente mientras que «el argelino», el acusado huido, «tiene mucho que esconder», al tiempo que ha recordado que en los distintos forenses del caso «no se han puesto de acuerdo» respecto a la causa de la hemorragia cerebral que acabó con la muerte de Coca.
Finalmente, el abogado defensor del ciudadano marroquí también recordó en su turno que quien tuvo el «incidente» con Santi Coca fue «el argelino» aunque, al estar fugado, «ahora parece que no existe», mientras que se ha situado «el foco» en el resto de inculpados que «no han hecho nada».
Puso de manifiesto que las lesiones que sufrió la victima fueron «nimias» y ha mantenido que el caso «se habría acabado» si no se hubiera solicitado un segundo informe de autopsia distinto al que en un primer momento atribuyó la causa de la hemorragia cerebral que acabó con la vida de Coca a un origen «indeterminado». Ha reiterado asimismo que su cliente «nunca, en ningún momento, estuvo en el follón».
Está previsto que el próximo lunes los miembros del jurado recibirán el cuestionario con el objeto del veredicto tras lo que se retirarán para iniciar sus deliberaciones. Más información, aquí.
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