Dice Bego Fuente que no había ni soñado con llegar a ver sus obras en exposiciones internacionales como las que tiene previstas. Y cuenta, también, que cuando descubrió este mundo hace diez años entendió que había encontrado su lugar. Este mes sus piezas podrán verse en dos encuentros muy importantes de joyería artística: en Porto Alegre (Brasil) y en la ciudad portuguesa de Oporto.
«Soy animal de taller», dice para DonostiTik esta donostiarra cuyas piezas han sido elegidas entre las de cerca de 300 profesionales de todo el mundo por la galería Alice Floriano de Porto Alegre (Brasil) para una exposición colectiva que comienza ahora. Hasta Porto Alegre ha enviado tres broches, un brazalete y un collar de su colección ‘Biophilia’, elaborada con silicona, en la que ha trabajado durante cuatro años y que «por fin» remató este pasado verano.
Gracias a este premio, también, el año que viene expondrá en solitario en esta misma joyería brasileña y en mayo tendrá un stand en la feria Sieraad de Ámsterdan. Es decir, que ‘Biophilia’, aunque mucho trabajo, también le está dando muchas satisfacciones.
Por otro lado este mismo mes, también, las piezas de Bego Fuente forman parte de la muestra Collectiva meeting que se celebra en Oporto.
Una mujer poderosa
«Lo normal, cuando empiezas, es ir a lo floral, a lo botánico. De hecho se puede meter material orgánico en el horno, una ramita, por ejemplo. Con el tiempo ya no. Ahora no sé a dónde me llevan mis manos«, explica Bego Fuente desde su taller en Amara Berri, donde tiene la oportunidad de trabajar a solas mientras escucha de fondo Radio 3.
Cuenta que quería estudiar Bellas Artes pero en casa la encaminaron a Filología Inglesa. Se fue a Inglaterra y estudió Diseño gráfico. Volvió a Donostia, trabajó como profesora de inglés y en 2011 vio que en el Politécnico Easo existía la posibilidad de adentrarse en el mundo de la joyería artística, del cual hasta entonces era mera espectadora. Así que se formó de la mano de profesionales como Juan Ayestarán y Marta Fernández.
«En el Politécnico empecé a trabajar con latón y con bronce. Ahora experimento con espumas, siliconas, cauchos… y esto me permite crear en cualquier momento, en el taller o en casa, sin horno. Todas las piezas son distintas«, cuenta Fuente, quien se reconoce «un poco obsesiva». «Meto a los niños en la cama y me pongo a trabajar en casa. Y si un día no puedo venir al taller sé que me falta algo«.
Sus piezas se venden online tanto en la plataforma Etsy como en su página web. Y también pueden verse en instagram (@begofuente_ joyas). «Lo que más se venden son los pendientes, los anillos tienen el problema de la talla, hay que acertar, y los collares hay que tener valor para ponérselos», comenta entre risas. Y tiene claro cuál es el público que busca: «una mujer poderosa, la que yo quiero ser«.
No trabaja por encargo y tiene claro, ahora que ve que sus piezas se mueven, llaman la atención y se venden, que «el público busca lo novedoso». También tiene claro que no quiere que el precio se convierta en un impedimento para regalar ese anillo o esos pendientes o darse el capricho de comprárselos para una misma. «Me recomendaron que subiera los precios porque en el sector de la joyería artística son más altos. Ese tema me parece complicado, la verdad. No quiero tirar los precios, pero tengo claro que no quiero ofrecer productos que sean tan exclusivos que solo estén el alcancen de unos pocos».
Bego Fuente, en fin, no para. No podrá acudir a Brasil, pero sí irá a Ámsterdan en mayo. En todo caso «para participar en este tipo de eventos hay que tener mucha producción», así que está manos a la obra. «Aprovecho que el momento de la soledad y de la creación es lo que más me gusta. De verdad que soy animal de taller».
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