(EFE). Un informe del instituto de investigación sanitaria Biogipuzkoa concluye que la actividad de la incineradora de Gipuzkoa no supone riesgos de salud para la población de los municipios próximos.
El estudio se ha presentado este jueves en las Juntas Generales de Gipuzkoa por el diputado de Sostenibilidad, José Ignacio Asensio, y el experto de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) Jesús Ibarluzea.
El trabajo de campo se ha desarrollado a partir de 2017, por lo que contiene muestras tanto del periodo anterior a la puesta en marcha de la incineradora como al posterior.
El estudio ha abarcado dos zonas para establecer comparativas: la directamente impactada por centro de residuos, con un radio de 5 kilómetros alrededor de Zubieta, en la que se encuentran Usurbil, Lasarte-Oria y Andoain; y una segunda zona a 28 kilómetros de distancia, que incluye los municipios de Urretxu, Ordizia y Beasain.
Se trata de dos zonas equiparables en términos de población, tráfico, actividad industrial y presencia de empresas sujetas a declaración de impacto ambiental y de emisiones.
Los investigadores del grupo de Epidemiología Ambiental y Desarrollo Infantil de Biogipuzkoa han evaluado la calidad del aire y su evolución para detectar presencia de hidrocarburos aromáticos policlínicos (HAPs) asociados a partículas y de dioxinas, furanos y policlorobifenilos (PBCs), así como su posible presencia en alimentos.
También han estudiado la presencia de elementos tóxicos en muestras biológicas (sangre y orina) de la población de ambas zonas, antes y después de la puesta en marcha de la incineradora, así como el posible efecto de la exposición prenatal y la salud reproductiva.
El resultado es que han hallado niveles similares de partículas en las dos zonas, aunque con mayor presencia de HPAs en Urretxu y Ordizia que en el área próxima al centro de gestión de residuos, y más concentración de selenio en Usurbil.
No obstante, el estudio sostiene que el selenio tiene múltiples fuentes y «dada la evolución del resto de compuestos es muy poco probable que el origen sea la Planta de Valorización Energética (PVE)».
Las conclusiones generales del estudio apuntan que «no se observan efectos en los niveles de contaminación atmosférica cuando se comparan los niveles antes y después del inicio de la operación» de la incineradora, ni «una variación significativa en los biomarcadores de muestras biológicas» cuando se comparan los niveles antes y después de la puesta en marcha de la planta.
Tampoco aprecia diferencias significativas «en las muestras de suelo, leche y huevos».
Respecto a los efectos sobre la salud, «no se observan efectos a corto plazo (prematuridad y bajo peso)», aunque el estudio recomienda «extender el seguimiento durante más tiempo para confirmar estos efectos y analizar los relacionados con mortalidad e ingresos hospitalarios».
El diputado ha manifestado que Zubieta «es un centro moderno que cumple con los controles ambientales más exigentes», por lo que la Diputación considera imprescindible «llevar a cabo el seguimiento más completo y exhaustivo posible»
Por este motivo, se encargó este estudio a Biogipuzkoa, un instituto que es «referencia mundial» y que ha elaborado «uno de los más completos que existen en Europa en relación a las plantas de valorización». Más sobre la incineradora, aquí.
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