Entre las últimas horas de la tarde de ayer y las primeras horas de hoy viernes la planta de valorización energética (PVE) del Complejo Medioambiental de Gipuzkoa (CMG) ha comenzado las pruebas de combustión de residuos, entrando en la fase final de dichas pruebas. Previamente y durante algo más de un mes, estas instalaciones han sido sometidas a un chequeo exhaustivo “en frío”, para comprobar que todos los componentes instalados, sus sistemas de alimentación y las comunicaciones funcionaban de forma correcta. En esta primera puesta en marcha se han incinerado 9 Tn. de residuos en una instalación que cuando esté plenamente operativa tendrá una capacidad de 12,5 Tn./hora en cada uno de sus dos hornos o, lo que es lo mismo, de 100.000 Tn./año para cada una de sus dos líneas.
El diputado de Medio Ambiente, José Ignacio Asensio, ha subrayado que “Gipuzkoa contará en 2020 con la infraestructura más moderna de Europa para el tratamiento de sus residuos; esta instalación le permitirá mejorar sus niveles de reciclaje hasta superar el 60%, avanzar en el uso de las energías renovables y disminuir sus emisiones, en línea con la estrategia guipuzcoana de cambio climático Gipuzkoa GK 2050”.
Siempre según fuente de la Diputación, ha existido un proceso minucioso de comprobación de todos los sistemas de control para dar paso a continuación a un precalentamiento de los hornos para curar el material refractario y evitar que un cambio de temperatura excesivamente brusco pudiera afectar a los materiales del revestimiento de los hornos. Es necesario tener en cuenta que la temperatura de combustión supera los 1.000º C con el fin de que en el proceso se destruyan las dioxinas y furanos presentes en la basura.
Además de los hornos, la instalación ha comenzado a probar también el circuito de vapor de agua, cuyas emisiones, totalmente inocuas, fueron ayer claramente visibles por no estar conectada todavía la turbina. En este circuito, el calor producido por la combustión de los residuos, transformará el agua en vapor que moverá la turbina del generador y producirá energía.
El esquema es el mismo que el de una planta eléctrica convencional, salvo que el combustible empleado en este caso son los residuos, evitando la quema de combustibles fósiles como son el gas y el petróleo. La consiguiente reducción de emisiones de CO2 que ello representa, hace que esta energía tenga la consideración de renovable (Cumbre de París….). Serán, por tanto, 160.000 MW/h. de energía renovable suficientes para abastecer las necesidades energéticas de 45.000 hogares.
Asimismo las pruebas de combustión han servido para comprobar el buen funcionamiento de los sistemas de depuración y control de emisiones en continuo. El CMG cuenta con un sistema doble de depuración que garantiza un nivel de emisiones muy por debajo de las normativas europeas más estrictas, con una reducción promedio 50% sobre los valores permitidos. Este alto nivel de exigencia es posible gracias a la aplicación de tecnologías de última generación.
En los días previos y durante el proceso de las pruebas se ha registrado un importante aumento de la actividad en el CMG, en cuyas oficinas trabajan técnicos de una decena de nacionalidades pilotando la puesta en marcha de las distintas plantas. La planta de valorización energética (PVE) ha sido la última de las infraestructuras en comenzar sus pruebas operativas con residuos. Previamente, fueron la planta de tratamiento mecánico biológico y la planta de biometanización, que en sus respectivas pruebas funcionan ya al 80% de su capacidad. En el caso de la planta de tratamiento de las escorias de incineración, se realizaron unas primeras pruebas operativas con escorias traídas desde Zabalgarbi y una vez comprobado el buen funcionamiento de la maquinaria instalada permanece a la espera de que la planta de valorización energética del CMG comience su funcionamiento en continuo y le aporte las escorias producidas.
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