No se sabrá nunca cómo habría sido esa final de Copa en Sevilla entre la Real Sociedad y el Athletic si se hubiera jugado hoy como estaba previsto, pero es innegable que la ‘no celebración’ ha sido suficientemente intensa como para imaginar una maravilla deportiva y festiva. Por todo lo alto.
Y es que la ‘no celebración’ ha vestido de txuri urdin balcones de toda Gipuzkoa y han sido muchos los confinados que han salido a pasear al perro o a hacer la compra pertrechados con su camiseta de la Real Sociedad. Otros se la han puesto en casa y con ella han salido a las ventanas. Y con sus banderas.
El fútbol ocupa un segundo plano ante emergencias sociales como esta crisis del coronavirus que ha asaltado por sorpresa la realidad de todos. Sin embargo la ilusión por el encuentro, histórico y cuya solución está pendiente, no se ha perdido a lo largo de este mes. Y se agradece.
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