45 años ha cumplido la Iglesia Evangélica de Amara este pasado mes de diciembre y a causa de la pandemia no ha podido celebrarlo como quería. Sin embargo la fecha no será olvidada y como tantas cosas de los últimos meses será ‘recuperada’ cuando la Covid-19 comience a ser un mal recuerdo. Es uno de los planes para 2021, igual que avanzar en el cambio de sede, ya que el local de la plaza Ferrerías 2 se queda pequeño para un colectivo «en pleno crecimiento».
Tal y como explicó el pastor Borja Ascondo a DonostiTik a día de hoy son entre 350 y 400 fieles los que acuden a la sede amaratarra de la Iglesia Evangélica. Y cabe destacar que varios usuarios que acudían antes a Amara han contribuido a abrir otros locales en los últimos años. Por ejemplo las iglesias evangélicas de Irun, Tolosa o Azpeitia, a donde se han trasladado.
Ascondo explicó a DonostiTik que entre Donostia y las localidades más cercanas hay a día de hoy 15 iglesias evangélicas «y la de Amara fue de las primeras». Cerca de la sede de Ferrerías están la Iglesia Evangélica de Amara Viejo, de Egia o Gros. Los pastores de todas las agrupaciones gipuzkoanas se reúnen una vez al mes.
El perfil de los miembros de esta iglesia, según Ascondo, es variopinto. «Hay familias muy asentadas en el barrio, yo llevo 30 años aquí, por ejemplo, mientras hay gente nueva que se incorpora. Hay bastantes inmigrantes y somos de todas las edades». Azkondo es bizkaino, tiene 39 años y es uno de los tres pastores que hay en Amara.
A esta congregación no les gustaría tener que dejar el barrio, si bien lograr un local más amplio no parece fácil, posibilidad que ya han tratado con el alcalde Eneko Goia. «Este local que tenemos en propiedad mide 164 metros cuadrados, pero la distribución es poco coherente para nuestras actividades». Así que no cierran la puerta a la posibilidad de emigrar a otro barrio donostiarra.
Ascondo considera que la Iglesia Evangélica, proveniente de la reforma luterana, es cada vez más conocida en Euskadi, y lo cierto es que aprovechan sus actividades sociales para llegar a más gente. Actividades sociales que no se han visto completamente frenadas en 2020 a causa de la pandemia, pero sí muy limitadas, como explicó el pastor.
Para este próximo año barajan una colaboración con la Asociación A21 que lucha contra la trata de personas, continuar con el Banco de Alimentos, actividades culturales… «Aunque mucho dependerá de la pandemia», reconoció con resignación Ascondo.
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