«Sin rescate desaparecemos», afirman. Y el clamor es unánime. A Hostelería Gipuzkoa y Bizkaia se les ha unido hoy en la marcha de Donostia el movimiento SOS Ostalaritza e innumerables autónomos y trabajadores del sector que ven que su medio de vida se va a pique a causa de la pandemia y de sus restricciones.
«Situación desesperada», «ayudas ya», «las ayudas o son mínimas o no llegan», coreaban algunos de los presentes antes de salida del Boulevard a las 12 horas.
La hostelería vasca cuenta con el apoyo de los ciudadanos así como les ocurre a otros sectores víctimas de esta situación sanitaria, como el de los comerciantes. Así que también ha habido quienes se han sumado a la protesta sin vivir propiamente del sector.
«Este año está completamente perdido. Ahora tenemos que echar un pulso y lograr no cerrar», comentaba el gerente de un bar para DonostiTik.
Básicamente el lamento es unánime. Y también el descontento por la reacción gubernamental. «Limosnas no, rescate sí», decían algunas pancartas. Y de eso van las reivindicaciones de la hostelería vasca: de la necesidad perentoria de un rescate.
https://youtu.be/ZUjKm1BJe2A
https://youtu.be/YEYhh6eWi2Q
Algunas reivindicaciones del sector
El plan de rescate que pide la hostelería vasca pasa por algunos puntos que consideran básicos. Por ejemplo la modificación del actual sistema de ERTEs de forma que los costes de Seguridad Social sean exonerados al 100% y se complementen los salarios de los trabajadores hasta el 100%. La extensión de los mismos tendría que durar hasta que las empresas recuperen al menos el 75% de la facturación del ejercicio 2019.
También pide la incorporación de ayudas directas, a fondo perdido, que sirvan para compensar a las empresas por las pérdidas generadas desde el inicio de la pandemia. «Los 187 millones de euros cuantificados hace ya 2 meses se han quedado cortos fruto de cierre de la hostelería decretado a primeros de noviembre».
El sector insiste también en la revisión de la regulación de alquileres que contemple las circunstancias de Estado de Alarma, toque de queda o regulación asimilada. Y en la adopción de medidas que supongan la reducción de la presión fiscal que soportan las empresas y los autónomos tales como la supresión durante los años 2020 y 2021 de las tasas municipales vinculadas directamente con la actividad (terrazas, basuras) y la reducción y aplazamiento de impuestos (IAE, IBI, etc…)
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