Previsiblemente para el curso 20-21 la haurreskola del edificio de Amara Berri situada entre las calles Urbieta y Urdaneta ya contará con más metros tras la marcha de los sindicatos que ocupaban las oficinas y su reestructuración, en la que ahora se empieza a trabajar, se habrá llevado a cabo. Así lo ha expresado esta mañana el concejal en funciones de Cultura y Educación Jon Insausti.
Una vez liberadas las oficinas que los sindicatos ELA, LAB, CC. OO. y UGT ocupaban en el edificio Amara Berri de la calle Urbieta es momento de asignar una partida presupuestaria y redactar el proyecto para llevar a cabo una adecuación que sumará metros a la haurreskola. Una vieja reivindicación que por fin ha tenido respuesta respuesta positiva. El concejal en funciones Jon Insausti considera que para el próximo curso (20-21) la obra estará completada, si bien es pronto para calcular si el mayor espacio supondrá más plazas para los niños. Sí se ha dicho en rueda de prensa que habrá que trabajar, también, en el acceso entre el colegio y la haurreskola.
«Las haurreskolas tienen una serie de condicionantes que hay que tener en cuenta a la hora de elaborar el proyecto», ha recordado Insausti, refiriéndose al número de metros destinados para el juego, por ejemplo, y para las aulas. También se ha referido a la «alta demanda» de este centro infantil.
El conflicto ahora resuelto partía de lejos, ocho años atrás, cuando el Ayuntamiento y el Departamento de Educación del Gobierno vasco firmaron el acuerdo de colaboración con la haurreskola y el colegio Amara Berri. En el proyecto inicial estaba previsto que la haurreskola utilizara el espacio que ocupaban los sindicatos (esquina Urbieta-Urdaneta), pero estos no dejaron los locales, por lo que se tuvo que modificar el proyecto de la haurreskola. La haurreskola tuvo que construir dos aulas en el patio y ello trajo consigo la reducción del espacio de juegos en el patio.
A partir de ahí se dieron varias ofertas de posibles ubicaciones a los sindicatos que las rechazaron sucesivamente hasta que hace unos meses se incrementó la movilización del colegio y las familias.
Las protestas también tuvieron eco el pasado junio en un pleno del Ayuntamiento donostiarra en que se acordó pedir al Departamento de Educación y a la representación sindical que adoptaran las medidas necesarias antes de que diera inicio este curso.
Finalmente los sindicatos han abandonado las oficinas estas últimas semanas.
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