«No importa las veces que los devuelvan. La inmensa mayoría de los migrantes que la Policía francesa devuelve a Irun lo vuelve a intentar y termina pasando a Francia. No se pueden impermeabilizar los Pirineos. Eso sí: crecen día a día las posibilidades de que estas personas terminen extorsionadas por las mafias que les cobran por pasar». Quien se expresa así es Peio Aierbe, de la Red Ciudadana de Acogida de Donostia, tras analizar las imágenes de la Policía francesa dejando a migrantes en Irun. Imágenes que reiteradamente se están viendo en los telediarios en las últimas horas.
Este fenómeno, que según Aierbe responde a un «acuerdo entre ambas policías» y a la decisión extraoficial de «mirar hacia otro lado», tiene consecuencias evidentes. Por un lado el colapso de las 60 plazas de alojamiento en Irun. «Insistimos en que hay que flexibilizar los plazos. Se pasó de tres a cinco días, pero no es suficiente». Por otro lado la presencia creciente de las mafias como consecuencia de las leyes. «Las políticas migratorias hacen florecer las mafias de personas y hacen más duro y costoso el recorrido. Las mafias hacen su agosto en situaciones así».
Respecto a la actuación policial francesa, Aierbe dejó claro que hay una vulneración de derechos. «El tratado de Schengen acordó que no hubiera controles fronterizos. En alertas como la terrorista hay excepciones, ahora bien, el control sistemático a migrantes y refugiados es una violación del tratado y más cuando responde a un criterio étnico que está prohibido. A los blancos no les van a hacer el control de papeles. Seguro».
La situación en Donostia
A día de hoy no hay migrantes ya en el centro de Cruz Roja en el Paseo de Zarategi, en Intxaurrondo. Para la Red Ciudadana de Acogida de Donostia esto responde a dos motivos: los autobuses de Cruz Roja van directamente a Irun y quienes han permanecido en Donostia ya están en el Gaztetxe de Txantxarreka, atendidos por la red. «Son catorce y llevarán dos meses». Aunque hay otro detalle que es importante: «Todas las noches duerme gente en la estación de autobuses. Gente que no llega a Intxaurrondo porque no sabe que existe ni dónde está».
De ahí que la red pida que se dé información en las dos estaciones, la de autobuses y la de tren, para que los migrantes que llegan a Donostia sepan a dónde dirigirse.
Hay otro elemento que inquieta especialmente a los miembros de la red. La dificultad de atender a las mujeres, mucho más desconfiadas que los varones a causa de lo vivido hasta llegar a Gipuzkoa. «Son un sector especialmente vulnerable. Desde la red nos acercamos a ella para explicarles que hay recursos que las pueden ayudar, pero ellas, en su mayoría, no quieren saber nada. Es otro asunto que habría que cuidar especialmente».
Más información: “Ningún migrante durmiendo en Cruz Roja y catorce en el gaztetxe. Algo falla”
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