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Tribunales

La Fiscalía pide 121 años y medio de cárcel para Kote Cabezudo

En la causa principal contra el fotógrafo constan 32 presuntos delitos de índole sexual, pornografía infantil, estafa y contra la integridad moral llevados a cabo entre los años 1992 y 2013

Imagen de archivo. Concentración en apoyo a las víctimas. Foto: Santiago Farizano

(EFE). La Fiscalía de Gipuzkoa pide penas que suman 121 años y medio de cárcel para Kote Cabezudo en la causa principal contra el fotógrafo donostiarra por 32 presuntos delitos de índole sexual, pornografía infantil, estafa y contra la integridad moral de 16 de sus modelos supuestamente cometidos entre los años 1992 y 2013.

En su escrito de acusación, al que ha tenido acceso EFE, el Ministerio Público demanda además distintas compensaciones económicas para las chicas perjudicadas, que en conjunto ascienden a un millón de euros.

En concreto, la Fiscalía imputa al fotógrafo tres delitos de abuso sexual con acceso carnal; una agresión sexual agravada; un delito de abuso sexual con abuso de superioridad; siete delitos de utilización de menores en la elaboración de material pornográfico y facilitar la difusión del mismo; un delito de pornografía de menores en concurso ideal con otro contra la integridad moral; once delitos contra la intimidad agravados por la difusión de material audiovisual, cuatro delitos de estafa, y cuatro delitos contra la integridad moral.

El texto del Ministerio Público explica que, aunque era «estomatólogo-odontólogo de profesión», desde finales de la década de los 80 Cabezudo ejerció trabajos como «fotógrafo de moda», una «tarjeta de presentación» de la que presuntamente se aprovechó «para satisfacer su interés libidinoso» mediante la «realización de material pornográfico con mujeres jóvenes, sin importarle que las mismas fueran menores de edad».

«De la misma manera», prosigue el documento, y «prevaliéndose del ascendente» que le daba sobre las modelos su «notoria diferencia de edad» y la posición de dirección de las sesiones que ejercía en su condición de fotógrafo, presuntamente «aprovechó» también «para mantener relaciones sexuales» con varias de ellas «sin su consentimiento».

Aunque detalla todos y cada uno de los presuntos delitos cometidos, el texto del Ministerio Público describe una forma de actuar muy similar en casi todos los casos en los que las chicas, algunas de ellas menores de edad, firmaban un contrato en el que no eran informadas «suficientemente» de lo que se pretendía hacer con el material fotográfico obtenido, tras lo que las imágenes en las que aparecían desnudas, algunas captadas incluso mientras se cambiaban, y «con exposición de sus partes más íntimas», presuntamente eran compartidas en páginas de internet en las que se ofrecía, previo pago, material pornográfico.

El documento precisa que, en las sesiones, el acusado, que tenía registradas a su nombre estas páginas y que en algunos casos presuntamente también grabó vídeos sin consentimiento, comentaba a sus víctimas que en las imágenes en las que aparecían sus «partes íntimas» en realidad «no se veía nada» o que no eran «para compartir con nadie».

El texto aclara que durante alguna de las sesiones, varias de las perjudicadas presuntamente sufrieron tocamientos lascivos y otros actos de índole sexual por parte del inculpado.

Uno de los casos más duros recogidos en el documento del Ministerio Público es el de una adolescente de catorce años que en 2004 realizó varias sesiones con el inculpado en las que supuestamente fue grabada manteniendo «relaciones lésbicas» con otra menor.

Esta misma afectada habría sufrido abusos sexuales por parte del fotógrafo en 2006, al que supuestamente también se vio obligada a hacer una felación, «intimidada» por la amenaza de que si no accedía «publicaría todas las fotografías» de ella «desnuda» que había tomado en sesiones anteriores.

El procesado habría amenazado nuevamente de esta manera a la chica, en un momento no concretado entre el año 2006 y la fecha en la que la joven obtuvo la mayoría de edad, para que accediera a tener relaciones sexuales completas con él.

El texto aclara asimismo que, en varios de los casos, aunque las afectadas recompraron sus derechos de imagen al fotógrafo, en distintas páginas web siguieron apareciendo imágenes de sus sesiones que el inculpado «había compartido».

A raíz de estos hechos muchas de las víctimas presentan distintas afecciones psicológicas por las situaciones vividas.

Además de este caso principal, que previsiblemente será juzgado a principios del próximo año en la Audiencia de Gipuzkoa, Cabezudo, que se encuentra cerca de cumplir cuatro años de prisión provisional, ha sido condenado ya en cinco oportunidades en otros tantos asuntos menores desgajados de esta casusa principal.

Asimismo está a la espera de una nueva sentencia de un Juzgado de lo Penal y de dos nuevos juicios por otras de causas separadas, una de ellas sin fecha y otra señalada para el próximo marzo.


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