(EFE). La fiscal ha mantenido su petición de cárcel para los dos ciudadanos rumanos acusados de robar distintos ornamentos y materiales del cementerio de Irun a pesar de que en la sesión del juicio por estos hechos celebrada ayer uno de ellos confesó lo sucedido y exculpó a su compañero.
De esta manera, durante la segunda y última jornada de la vista, celebrada este martes en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, la representante del Ministerio Público ha demandado cuatro años de cárcel para el autor confeso de las sustracciones, y cinco (por reincidencia) para el segundo, ya que atribuye a ambos un delito continuado de robo con fuerza en las cosas «valiéndose de su comisión de menores de 16 años de edad», pues en las sustracciones también estuvieron involucrados dos jóvenes de 15 años.
Según la versión de la acusación, los cuatro presuntos ladrones, todos ellos primos entre sí y dedicados a la búsqueda de chatarra, fueron sorprendidos el 20 de diciembre de 2017 por la Policía Municipal de Irun, que interceptó una furgoneta en la que transportaban numerosos ornamentos y materiales metálicos coincidentes «con los sustraídos en el cementerio» y en un caserío de la localidad fronteriza, de donde supuestamente se habían llevado una desbrozadora, una olla de cobre, un coladero y la grifería de un lavabo.
Los daños ocasionados en las instalaciones del camposanto ascenderían a más de 18.000 euros, mientras que el importe de los objetos sustraídos y no recuperados alcanza los 3.396 euros, sin contar los perjuicios a distintas tumbas, nichos y panteones, así como en el caserío asaltado.
En su informe final ante el tribunal, la fiscal ha asegurado que existe prueba de cargo «suficiente» contra los dos acusados porque, además de que uno de ellos ha reconocido los hechos y la intervención en los robos de los dos menores (que no se encuentran encausados en este proceso judicial), los policías aseguraron que el segundo también se encontraba en la furgoneta en la que se descubrieron los objetos robados.
Unos hechos que, en opinión de la representante del Ministerio Publico, demuestran que este hombre es «coautor» del robo y que resulta «inverosímil» que desconociera que se trataba de artículos sustraídos así como su «procedencia».
Durante el ejercicio de su derecho a la última palabra, el autor confeso de las sustracciones ha «lamentado» lo sucedido y ha explicado que cometió los robos porque carecía de «dinero» y tenía «niños pequeños» que mantener, mientras que el otro procesado ha insistido en su inocencia.
Este segundo hombre explicó ayer que desconocía que los ornamentos procedieran de robos y aclaró que él sólo se prestó a transportarlos a cambio de 20 euros para gasolina para ayudar a sus familiares, quienes le llamaron porque se les había roto uno de los carros que usaban para transportar la chatarra.
La defensa de ambos hombres ha reclamado que al autor confeso de los robos se le imponga la pena mínima por el delito cometido, que se tenga en cuenta su admisión de los hechos y que no se le aplique la agravante de prevalimiento de menores ya que estos habrían actuado de forma «consciente y voluntariamente» en los hechos.
Para el segundo procesado, la letrada ha demandado la libre absolución por entender que no existe prueba de cargo suficiente para su condena, teniendo en cuenta además que en la sesión de hoy ha declarado uno de los dos menores involucrados en los hechos, quien también lo ha exculpado.
A lo largo de la sesión de este martes han testificado asimismo varios propietarios de nichos, tumbas y panteones del cementerio de Irun que fueron asaltados, quienes han descrito los daños sufridos en sus propiedades, así como los objetos desaparecidos. El juicio ha quedado visto para sentencia.
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