La exposición En la diana ofrece desde ayer en el Centro Cultural de Aiete de Donostia a través de distintos materiales (publicaciones, testimonios, cartas…) una muestra sobre los efectos de la persecución en Gipuzkoa entre 1975 y 2011.
“Se trató de una violencia totalmente inhumana, injusta e innecesaria”, incidió en la presentación el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, destacando la necesidad de “profundizar en la memoria de las víctimas” y promover la reflexión en torno a estas vulneraciones de Derechos Humanos, que fueron las “más extendidas” en nuestra sociedad. “Quizá menos visibles que otras, pero muy dañinas y dolorosas”, afirmó el diputado general.
“Incluso muchos tuvieron que abandonar Euskadi. Sin olvidar que la vida y la convivencia de nuestros pueblos y ciudades se vio dañada sensiblemente”, recordó Olano. El diputado general quiso mostrar su “reconocimiento y solidaridad” a todas las personas que, en las últimas décadas, sufrieron “la violencia y la intimidación” de ETA y de quienes compartían su estrategia violenta, así como a quienes padecieron otras violencias de motivación política.
En una presentación en la que también participó la directora de Baketik –entidad que ha colaborado en la organización de la muestra–, Maider Maraña, el diputado general incidió en el “compromiso social” que exige la paz.
La voz de las víctimas
Maider Maraña definió la exposición En la diana como “una invitación, un primer paso para ir habilitando que esta violencia sea también conocida y reconocida en nuestra sociedad”. “Aún faltarán muchas realidades por cubrir, que no han podido integrarse en esta exposición. Esta violencia produjo victimaciones que generan daños persistentes y muy acentuados a las personas que la padecen, a sus familias y a su entorno”, añadiño la directora de Baketik.
La muestra da a conocer distintos tipos de violencia de persecución vividos en esta sociedad entre 1975 y 2011, año en el que ETA cesó su actividad violenta.
Cuando se habla de violencia de persecución, según la definición del Ararteko, se hace referencia a personas o colectivos que “sufrieron graves violaciones y limitaciones de sus derechos a la vida e integridad personal, al bienestar físico y psicológico, a la libertad de movimientos y de elección de residencia, ideológica y de expresión, a la vida privada y familiar, a la participación política y a poder ser elegidos como representantes políticos”.
La exposición ofrece la posibilidad de escuchar el testimonio de algunas de estas víctimas, como concejales socialistas Arritxu Marañon y José Morcillo; Nerea Amuchástegui –hija del concejal socialista Estanis Amuchástegui–; la expresidenta del PP del País Vasco, Arantza Quiroga; la abogada y exalcaldesa de Altzo, Pilar Zubiarrain; así como Martxelo Otamendi y los hijos de Joan Mari Torrealdai, ambos directivos del periódico Egunkaria.
Además de los testimonios, la muestra da a conocer diversos materiales y publicaciones que muestran cómo se ejercían las amenazas y la violencia de persecución, así como diversas cartas de extorsión y coacción dirigidas a representantes políticos, periodistas y empresarios, entre otros.
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