(EFE). La excavación de la caverna que albergará la futura estación Centro-La Concha de la variante soterrada del ‘Topo’ o Metro de Donostialdea terminará en dos meses, lo que dará por concluida la fase de excavaciones de esta infraestructura ferroviaria cuya finalización está prevista para principios de 2026.
Esta información sobre el avance de los trabajos, ha sido aportada este jueves ‘in situ’ por la consejera de Movilidad Sostenible del Gobierno Vasco, Susana García Chueca, en la que ha sido su primera visita de obras desde su reciente nombramiento.
Después de que su predecesor, Iñaki Arriola, presidiera en febrero pasado el cale o encuentro entre los dos frentes de excavación del tramo Miraconcha-Easo, que discurre bajo el centro de San Sebastián, García Chueca ha accedido a las obras desde la zona de Pío Baroja para comprobar su desarrollo.
Acompañada por el viceconsejero de Infraestructuras y Transportes, Pedro Marco, y el alcalde donostiarra, Eneko Goia, la consejera ha bajado por uno de los túneles hasta la cavidad que se convertirá en una de las tres nuevas estaciones que tendrá la variante ferroviaria, previsiblemente la que mayor número de viajeros tendrá cuando entre en servicio.
Configuración de terminal
«Ya están horadadas las tres cuartas partes» de la futura terminal y «el próximo septiembre concluirá excavación», ha concretado García Chueca, en alusión al estado de los trabajos que lleva a cabo su departamento a través de Euskal Trenbide Sarea (ETS).
A partir de entonces, se acometerán las tareas de impermeabilización y revestimiento de hormigón y cuando éstas terminen, la cavidad, situada a unos 25 metros de profundidad, bajo las calles Easo y Zubieta, «empezará a adquirir la configuración de una terminal de viajeros», ha señalado.
Ha recordado que la obra civil de la estación de Benta-Berri está finalizada hace un año y la nueva de Easo lo hará este mismo julio, pues ya se están colocando las baldosas en las ‘mezanines’ y el vestíbulo de acceso.
Máquinas rozadoras trabajan en la zona visitada por las autoridades, a quienes responsables de ETS han explicado la situación de los trabajos en los cañones de acceso: el de la plaza Xabier Zubiri, junto al hotel Londres, terminará este mes el hormigonado; el de la calle Loiola, empezará en breve y tendrá el revestimiento a final de año; y el de San Bartolomé, va a iniciar el de la solera pero se dejará el resto preparado para ejecutarse cuando el Ayuntamiento defina la urbanización del cerro.
De las obras exteriores, se han horadado 4 de los 6 pozos previstos, para ventilaciones de emergencia, y como los de la calle San Bartolomé concluirán este próximo agosto, se podrá abrir al tráfico uno de los carriles cortados entre las calles Easo y Urbieta.
Este mes además se colocará el pequeño templete para el ascensor de acceso a la estación Centro-La Concha y está previsto licitar este julio la urbanización de Easo y San Bartolomé.
Simbólica y estratégica
La pasante ferroviaria de San Sebastián es una de las infraestructuras «más simbólicas y estratégicas» del ejecutivo vasco, ha destacado García Chueca, que ha mostrado su satisfacción, como consejera y «como donostiarra», por el ritmo que llevan las obras de este proyecto «muy complejo» que ha atravesado «complicaciones» y «dificultades sobrevenidas», en alusión a los problemas técnicos que paralizaron el tramo y acarrearon una nueva licitación tras modificar el proyecto inicial.
Ha considerado que cuando entre en servicio, la capital guipuzcoana dará «un paso de gigante» hacia una movilidad «más sostenible y eficiente» que redundará en una ciudad «más limpia» y «mejor comunicada» para sus habitantes.
El alcalde ha agradecido por su parte a ciudadanos «su paciencia» por «soportar las afecciones» de esta gran obra, si bien se ha mostrado convencido de que, cuando esté en marcha, «nadie imaginará la ciudad sin este trasporte público». Entonces «aquellos que se oponen a este proyecto desaparecerán» y «también podrán usarlo», ha apostillado.
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