El Consejo de Gobierno de la Diputación Foral de Gipuzkoa aprobó ayer la enajenación gratuita a favor del Ayuntamiento de Donostia de la obra de arte “Escultura en bronce de don Jesús María Leizaola”, ideada por el artista Xebas Larrañaga Odriozola. La obra, que actualmente se encuentra en el Patio de Honor del Palacio Foral, se ubicará en adelante en la plaza de Euskadi de la capital guipuzcoana.
La portavoz de la Diputación Foral, Eider Mendoza, explicó que la aprobación de la cesión de la escultura coincide con el 42 aniversario del regreso del exilio de lehendakari Leizaola, que se cumplió también este jueves. La escultura consiste en la figura en bronce que representa a Jesús Mari Leizaola, de cuerpo entero, vestido con traje y gabardina y con el sombrero en la mano izquierda, todo ello sobre una peana cuadrada del mismo material.
La institución adquirió en 2007 la citada obra del artista Xebas Larrañaga Odriozola valorada en 90.000 euros. Si bien el destino de dicha escultura era su ubicación en la localidad de Donostia, por diversos motivos hasta el momento se encuentra expuesta en el Patio de Honor del Palacio Foral, espacio dedicado al recuerdo de las grandes personalidades de la historia de Gipuzkoa.
Ahora, una vez superadas las circunstancias que determinaban tal ubicación provisional, Mendoza ha explicado que “procede dar cumplimiento a la finalidad con la que se adquirió dicha obra de arte, de modo que se ubique en un espacio abierto de su ciudad natal”.
Jesus Mari Leizaola nació el 7 de septiembre de 1896 en Donostia, y fue una figura relevante tanto en época republicana, cuando fue parlamentario por Gipuzkoa en las Cortes Españolas representando al EAJ-PNV, como durante los años de exilio, en los que ocupó diversos cargos gubernamentales. Entre 1936 y 1946 fue consejero de Justicia y Cultura del Gobierno de Euzkadi que lideraba José Antonio Aguirre y, posteriormente, entre 1946 y 1952, pasó a gestionar la consejería de Hacienda y Justicia. Entre 1952 accedió al cargo de vicelehendakari y, en 1960, al fallecer Aguirre, asumió la responsabilidad de ser lehendakari.
Una vez muerto Franco, se mantuvo en el exilio hasta la aprobación del nuevo Estatuto de Autonomía de Euskadi, y solo regresó una vez éste entró en vigor, el 15 de diciembre de 1979.
Dos días después cedió su puesto al presidente del Consejo General Vasco (precursor del Gobierno Vasco), Carlos Garaikoetxea, disolviendo de facto el Gobierno Vasco en el exilio. No obstante, Leizaola siguió ligado a la política y fue elegido parlamentario vasco en las elecciones de 1980, a la edad de 83 años, cargo que abandonaría a los pocos meses.
Falleció en 1989 en Donostia, a los 92 años.
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