Durante los primeros meses de este año, la Ertzaintza ha notado un incremento del número de billetes de 50 euros falsos en Euskadi. Por el momento, en lo que llevamos de año, se han incautado 31 billetes, repartidos por toda la geografía vasca, haciendo especial hincapié en las tres capitales, en las que se han recogido un mayor número de ellos. Concretamente, en Gasteiz y Bilbao se han retirado cinco en cada una y otros tres en Donostia. En Orio, Amorebieta y Portugalete se han incautado dos billetes en cada una, siendo numerosas las localidades vascas en las que se han retirado documentos falsos de estas características. Se trata de billetes de 50 euros de la primera serie, como los que ya se habían venido retirando desde el año 2005, -casi 500 en total desde entonces, destacando los 109 encontrados en Donostia, 72 en Gasteiz y 62 en la capital vizcaína- y que pueden ser detectados prestando atención a unos pequeños detalles.
Cómo detectarlos
Según informa la Ertzaintza, para saber si un billete puede ser falso, existen una serie de aspectos del mismo que se pueden examinar sin mayores complicaciones, como la marca de agua, que ha de verificarse mirando el papel al trasluz; el holograma, el cual genera diferentes cambios de color e imagen -incluso en 3D-; microtexto y microimpresión (en la otra cara del billete), visibles con una lupa; la calcografía, que crea una imagen en relieve perceptible al tacto y el motivo de coincidencia, una imagen impresa parcialmente y que, mirando el billete al trasluz ha de encajar la perfección observándose un único motivo.
También podemos fijarnos en el hilo de seguridad, la banda que atraviesa el billete de arriba abajo y en la que, al trasluz, ha de apreciarse el valor del mismo y la tinta ópticamente variable, con la cual veremos el número 50 de dos colores diferentes según giremos el documento.
En el caso de los billetes detectados en el País Vasco, es posible detectar su falsedad fijándonos en detalles como el número de plancha -J004G1-, que es idéntico en todos ellos, el motivo de coincidencia que no encaja a la perfección, la ausencia de relieve de la imagen calcográfica o el holograma, que no modifica la imagen al mover el documento. En el reverso inferior, la tinta ópticamente variable tampoco sufre variación alguna de color al mover el billete, como ocurre con los originales.
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