La Ertzaintza ha alertado a la ciudadanía sobre una tipología delictiva que se comenzó a detectar a mediados del año 2019 en Euskadi y que va en aumento: la llamada “sextorsión”. Este tipo de delito consiste en extorsionar a las víctimas seleccionadas de entre los usuarios de páginas de contactos sexuales para exigirles, bajo amenazas, el pago de ciertas cantidades de dinero. En lo que va de año se han contabilizado alrededor de 80 denuncias, recibiéndose una media de 3 o 4 por semana.
Desde la Sección Central de Investigación Criminal y Policía Judicial señalan que las causantes de este delito son diversas organizaciones criminales asentadas fuera de Euskadi cuyas víctimas son usuarios de webs de contactos sexuales y de quienes obtienen cantidades que oscilan entre los 100 y los 20.000 euros.
El modus operandi de estas organizaciones consiste en publicar falsos anuncios en páginas web de contactos en las que se publicitan todo tipo de servicios de carácter sexual, haciendo acopio de los números de teléfono de todos aquellos que han llegado a realizar alguna llamada interesados en los servicios ofertados.
A los pocos días, los extorsionadores llaman y envían mensajes a los números de teléfono que han recopilado, manifestando ser el responsable de la casa de citas anunciada, y se les reprocha a las víctimas no haber acudido a un falso encuentro, exigiéndoles por ello el pago por el tiempo perdido.
En algunos casos (en función de la organización), para conseguir que las víctimas acepten realizar los pagos, los extorsionadores amenazan con difundir al entorno de las víctimas que éstas son usuarias de servicios de prostitución; en otro casos, recurren a la amenaza directa indicando que agredirán a las víctimas si no pagan lo solicitado, acompañando las amenazas con imágenes reales y explícitas de personas fallecidas o malheridas. También hay quienes dicen pertenecer a grupos mafiosos, intentando aportarle un plus de intimidación por su supuesto carácter violento.
Cabe destacar que, a pesar de que las organizaciones utilizan el miedo y las amenazas para intimidar y conseguir su objetivo, en realidad no conocen el entorno de las víctimas, por lo que, cuando se cansan de amenazar sin obtener resultado, simplemente pasan a la siguiente víctima.
Por contra se tiene constancia de que si la víctima acepta realizar un primer pago, automáticamente se suceden nuevas peticiones de dinero recurrentes. Los pagos son solicitados de diversas maneras, como transferencias a cuentas, pagos en cajeros o incluso a través de plataformas de pago como “Bizum”.
La Ertzaintza advierte de que no se debe pagar en ningún caso y de que se debe poner el hecho en conocimiento de las autoridades, a través de la pertinente denuncia en cualquiera de las comisarías, para poder proceder a su persecución.
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