(EFE). La economía de Gipuzkoa podría crear 5.000 empleos netos y crecer entre el 4 y el 5,5 % en 2022, según la patronal Adegi, que estima que entre el tercer y el cuarto trimestre del año se habrá recuperado ya el nivel del PIB prepandemia en el territorio.
El presidente y el director general de Adegi Eduardo Junkera y José Miguel Ayerza, respectivamente, acompañados por el responsable de Competitividad e Innovación, Patxi Sasigain, han analizado la situación económica de Gipuzkoa en una rueda de prensa en San Sebastián en la que han presentado los resultados de la encuesta de coyuntura de la patronal.
Junkera ha advertido de que el panorama se vislumbra con «luces y sombras», ya que las empresas se enfrentan al «gran reto» de preservar la rentabilidad en un «escenario claro de crecimiento» pero condicionado por unos «costes desbocados», que van a requerir «habilidades negociadoras y generosidad por todas las partes».
En este contexto Adegi prevé un aumento «potencial» del empleo de unos 5.000 puestos de trabajo netos, aunque advierte de que este crecimiento responde a la demanda de las empresas, que podría ser «complicado» satisfacer en determinados perfiles técnicos vinculados, por ejemplo, a los procesos de digitalización de las compañías.
La encuesta de la patronal refleja que el 92,5 % de las empresas prevé mantener o aumentar su plantilla, lo que supone el nivel más alto desde 2019.
Adegi estima que la creación de empleo podría repartiste entre los diferentes sectores y que alcanzaría incluso en este territorio a la rama del comercio y la hostelería.
En cuanto a la confianza empresarial, Junkera ha dicho que desde el inicio de la pandemia la realidad ha superado las previsiones de mejora que anticipaban las empresas, salvo en este último trimestre.
A pesar de ello casi nueve de cada diez compañías consideran que la situación de sus mercados es de normalidad o reactivación, ha recalcado.
Por sectores Junkera ha señalado que «todo hace indicar que la variante ómicron ha incidido de manera importante en el sector servicios, sobre todo en los de proximidad, comercio y hostelería».
En cuanto a la industria, considera que «sigue fuerte», aunque ha matizado que ello «no es óbice para que la ruptura de las cadenas de suministros y los encarecimientos de las materias primas, entre otros factores, hayan hecho mella».
De hecho, en los últimos tres meses, el 53,5 % de las empresas dice haber sufrido «desabastecimientos inusuales y relevantes de algún material que ha afectado a su actividad», según la encuesta.
En este contexto, la facturación de las empresas aumenta un 3,8 % respecto al trimestre anterior, el nivel de pedidos crece un 2,9 % y el nivel de la capacidad productiva se mantiene en el 82 %.
No obstante la incertidumbre no ha terminado y la coyuntura económica presenta aspectos positivos pero también importantes factores de preocupación.
«Tenemos una inflación alta y unos costes de aprovisionamiento al alza; una logística complicada que se añade a los cuellos de botella de las cadenas de suministro, un coste de la energía descontrolado en la UE y unos incrementos salariales, muy altos, que dejan tocada la caja y las inversiones en un año en el que hay que comenzar a devolver los créditos ICO», ha advertido.
Ayerza, por su parte, ha abogado por «buscar entre todos fórmulas asumibles por las empresas y por los trabajadores para intentar relajar la subida extraordinaria de la inflación» que, por ejemplo, podría repartirse en varios ejercicios.
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