«La distancia entre los colectivos ambientalistas y las instituciones es cada vez mayor en Gipuzkoa»

«Lo que no está unido no se puede romper», dice Juan Mari Beldarrain, del colectivo Eguzki. «Pero sí es verdad que la distancia entre los colectivos ambientalistas y las instituciones es cada vez mayor en Gipuzkoa«. Precisamente hoy esta distancia quedará muy patente por dos cuestiones distintas. Eguzki y Haritzalde acaban de levantarse del Consejo Sectorial de Medio Ambiente del Ayuntamiento y no participarán en el mismo durante toda la legislatura salvo que se den determinadas condiciones muy concretas. Por otro lado esta misma tarde comienzan las Jornadas ‘Gipuzkoa por el clima’ en el Aquarium de la mano de la Diputación y de Naturklima. Y mientras… el Movimiento Antiincineración estará en la puerta pidiendo (una vez más) que se paralice la incineradora de Zubieta, cuyas obras están por terminar. 

En el Ayuntamiento
Las organizaciones ecologistas Eguzki y Haritzalde no participarán en el Consejo Sectorial de Medio Ambiente del Ayuntamiento donostiarra por unas actuaciones que achacan a Enrique Ramos, actual Concejal de Ecología del Consistorio y Concejal de Urbanismo en la etapa anterior. Las dos entidades ecologistas se autoexcluirán «mientras no se cumpla la legalidad y no se restauren la ladera de Lourdes Txiki y Belartza Alto».

Le achacan Eguzki y Haritzalde a Ramos que en la anterior legislatura «se convirtió en una grave amenaza para el cinturón verde de la ciudad». En lo que se refiere a Lourdes Txiki «muchos meses después la zona sigue sin un plan de recuperación y nada sabemos de las sanciones que dijeron se pondrían a la empresa responsable». Y en lo que se refiere a Belartza, «las obras de implantación de Mercadona y McDonald’s estuvieron repletas de irregularidades y hasta en tres ocasiones fueron paralizadas, dejando en evidencia la pasividad y connivencia del Ayuntamiento para con los promotores».

«El Ayuntamiento miró para otro lado durante semanas», añaden Haritzalde y Eguzki, «mientras los promotores abrían pistas con graves impactos y acumulaban y machacaban piedra procedente de la obra en una zona de campiña en Belartza Alto. Pero para más inri aun así les concedieron una licencia temporal, que no podían dar por ser ilegal, para su depósito en un hábitat de interés comunitario».

Mientras el Ayuntamiento «no resuelva estos dos asuntos como dicen los Tribunales que debe hacer», ni Haritzalde ni Eguzki se sentarán en un Consejo Sectorial «que en su momento era teóricamente asesor», recuerda Beldarrain. Remarcando lo de «teóricamente».

Sí participaron ayer en el encuentro del consejo Fridays for Future y la Sociedad Española de Ornitología (SEO), que quedarían como únicos representantes conservacionistas.

En la Diputación
El miembro de Eguzki considera que son muchos los temas que a día de hoy separan a los colectivos conservacionistas de las instituciones, aunque al hablar sobre la Diputación es la incineradora de Zubieta la semilla del mayor desacuerdo. Esta tarde aprovechará el colectivo para manifestarse en el Aquarium con motivo de las jornadas organizadas por el ente foral sobre el clima.

«La Diputación no se reúne con nosotros. Se reúne con otros colectivos como el de los cazadores, por ejemplo». Y se refiere en este punto a la caza en Ulia y a las pistas de Aralar como otros motivos de fricción entre ambas partes. 

«Antes la relación era escasa y ahora nula», afirma Beldarrain al referirse a las instituciones. Precisamente en un momento en que ambas partes miran hacia el cielo… aunque de forma bien distinta.