La Diputación de Gipuzkoa sacará a concurso-oposición 338 plazas de empleo público, cuyos exámenes se irán convocando de forma gradual durante los próximos tres años. El Consejo de Gobierno del pasado martes aprobó la Oferta Pública de Empleo (OPE) correspondiente a 2018, con un total de 317 plazas, a las que se suman las 21 aprobadas en la OPE de 2017. Se trata, según el diputado general Markel Olano, de la mayor oferta pública de empleo de la Diputación “en su historia”. Olano ha presentado la OPE junto al portavoz, Imanol Lasa.
A principios de enero de 2019 se dará a conocer el calendario general de los exámenes. Los primeros serán los correspondientes a las OPEs de TAGs (Técnicos de Administración General), con 35 plazas; trabajadores y trabajadoras sociales, con 25 plazas; y personal médico, con 4. La figura del TAG es fundamental en las secretarías técnicas de la Diputación, y su refuerzo se traducirá en una mayor agilidad y rapidez en la gestión, según el ente foral.
Además, el 11 de enero tendrán lugar los exámenes de la OPE de personal técnico para hacer frente al fraude fiscal, provista con 35 plazas, aprobadas en años anteriores. Serán las segundas pruebas selectivas de esta legislatura, tras las de las 25 plazas de bomberos realizadas en 2017.
Según Olano, más del 70% de las plazas ofertadas serán de cualificación “alta o media”. Se contemplan especialmente los puestos de trabajo transversales y de mayor polivalencia, como el personal técnico de administración general, economistas, informáticas e informáticos, personal técnico medio, y administrativas y administrativos (puestos que conforman aproximadamente el 40% de la plantilla). Pero también se ofrecerán plazas de tipo más sectorial o especializado, para las que se requerirán perfiles como los de ingeniería en telecomunicaciones, caminos, topografía, agricultura, medio ambiente, arquitectura, psicología, enfermería, deportes o trabajo social.
Relevo generacional
La OPE, que según el organismo gipuzkoano cuenta con el apoyo de “la mayoría” de la representación sindical, permitirá acometer el relevo generacional del ente foral en un momento “crucial”, ya que más de 900 trabajadoras y trabajadores públicos, aproximadamente la mitad de la plantilla, se jubilarán en los próximos diez años.
“Abrimos las puertas de la institución a los nuevos perfiles, la juventud y el talento”, ha subrayado Olano. Por ejemplo, por primera vez se deberán acreditar en la fase de oposición competencias como el trabajo en equipo, la comunicación, la adaptación al cambio y la profesionalidad. “Necesitamos gente bien preparada, con nuevas capacidades”.
Además, otro objetivo paralelo de la OPE es aumentar la “estabilidad” del empleo público de la Diputación, ha añadido el portavoz y diputado de Gobernanza, Imanol Lasa, ya que en las bases se valorará la experiencia en administraciones públicas. Así, se reducirá la tasa de interinidad, superior al 30%, que ha ido aumentando a consecuencia la prohibición del estado de realizar OPEs.
Con el mismo objetivo, el personal funcionario de carrera podrá participar en los turnos de promoción interna, fórmula con la cual se cubrirán 46 plazas del total. “Las bases van a garantizar ese equilibrio entre la incorporación de savia nueva y la retención de la experiencia de quienes ya trabajan en la Diputación”, ha explicado Lasa.
Asimismo, en la línea de apostar por la inclusión social, el 10% de las plazas se reservará a personas con discapacidad, y por primera vez, se ofrecerán en la OPE tres plazas de archivo y servicios generales destinadas específicamente a personas con discapacidad intelectual.
Actualizar la Diputación
Markel Olano ha recalcado que la OPE sienta las bases para el siguiente paso, que ha calificado de “vital”: consensuar una hoja de ruta para rediseñar en profundidad la estructura y la organización de la Diputación del futuro, porque la actual fue “pensada en los 80”. El rol de la Diputación futura “solo será relevante si acelera y completa el proceso de modernización iniciado en los últimos años”.
Ya se ha comenzado a realizar un estudio sobre el futuro diseño de la Diputación. Una vez concluido, se iniciará un proceso para incorporar a la ciudadanía, las asociaciones, y los distintos agentes del territorio a dicho debate, porque “estamos ante uno de los retos más importantes que tenemos como sociedad en Gipuzkoa”. Ese proceso de cambio requerirá de “nuevos perfiles y estructuras más flexibles, valentía para romper inercias, decisiones de calado y recursos”.
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