El diputado general, Markel Olano, ha visitado esta mañana en Donostia uno de los cinco pisos del programa piloto Hábitat Gipuzkoa para los sintecho. Y Olano ha avanzado que «próximamente» otros dos pisos, en sendas localidades del territorio, se unirán a los cinco donostiarras; la idea es llegar a tener 10. Se trata de una iniciativa de la Fundación Rais Euskadi, que impulsa el ente foral con la ayuda del Ayuntamiento de la capital gipuzkoana –quien ha cedido las viviendas-, en el marco del Plan Elkar-Ekin de Inclusión Social de Gipuzkoa 2016-2020.
Además, el diputado general cree que los resultados del plan son «muy positivos», ya que, un año después de su entrada, todos los participantes siguen en sus respectivas viviendas. La meta de Hábitat Gipuzkoa es utilizar la vivienda como base para generar nuevas oportunidades para un grupo de personas en situación de exclusión. Mediante una labor de acompañamiento, se pretende que estas personas mejoren su relación con el entorno y construyan una adecuada «red social de apoyo» para salir de la situación.
Los participantes en el programa, con una edad media de 49 años para los hombres y de 41 años en el caso de las mujeres, carecen en totalidad de apoyos familiares. Tras haber vivido una media de cuatro años en calle en Donostia o en alojamientos de emergencia, presentan problemas de salud, en varios casos sin diagnóstico final pero con evidencias de sufrir patologías mentales, así como, consumos de alcohol y cannabis.
Compromisos de los usuarios
La Diputación, con la colaboración de Rais (entidad que lucha contra la exclusión social de los sintecho) y el Consistorio, seleccionó a los cinco candidatos considerados idóneos para entrar en el programa. Y los usuarios de este tipo de vivienda deben adquirir cuatro compromisos: tener una convivencia normalizada con la comunidad de vecinos; aceptar una visita, al menos una vez a la semana, del profesional del proyecto; participar en la evaluación del este; y contribuir al desarrollo del programa con el 30% de sus ingresos, en caso de disponer de estos.
Alejandra Puente, directora de Rais Euskadi, ha añadido que los cinco han evolucionado bien de la mano del programa. Por ejemplo, ha habido «empadronamientos en su propia vivienda, acceso a RGI, adherencia a tratamientos de salud mental, regulación de hábitos de alimentación, reducción de consumos de alcohol, vinculación con la comunidad…». También ha habido algún incidente, ya que son personas que «vienen de vivir largos periodos en calle, y con muchas carencias y falta de habilidades de relación y de convivencia».
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