La investigadora francesa Clara Martin ha sido reconocida este año por Ikerbasque por su liderazgo dentro del ámbito del multilingüismo. Desde 2012 forma parte del equipo del Basque Center On Cognition, Brain and Language (BCBL) y el año pasado fue una de las 16 personas seleccionadas en todo el Estado para desarrollar un proyecto de investigación en el marco de una ERC-Consolidator Grant.
DonostiTik habla con ella sobre el bilingüismo y su ‘tirón’ científico, sobre las mujeres en la ciencia, sobre educación infantil, sobre financiación… y sobre un concepto que se olvida y ella destaca: «Los investigadores trabajamos para el público, para mejorar un conocimiento global y que la calidad de vida aumente».
Usted trabaja en el Basque Center On Cognition, Brain and Language (BCBL) como investigadora Ikerbasque dirigiendo el grupo de lenguaje y multilingüismo. ¿Nos podría definir su labor un poco más?
Trabajamos en entender cómo nuestro cerebro consigue manejar dos o más lenguas a la vez. Se trata de saber por qué elegimos palabras determinadas a la hora de hablar o escribir y cómo se hace de manera rápida y eficaz sin que se produzcan interferencias de las otras lenguas que también hablamos.
Desde hace unos meses cuento con una financiación de la Unión Europea (beca ERC) para desarrollar un proyecto de cinco años que vincula lenguaje oral y escrito. Vamos a explorar cómo la ortografía influye la percepción y la producción de lenguaje. Queremos estudiar cómo el hecho de aprender a leer influye en la manera de producir y percibir los sonidos. Vamos a analizar este fenómeno tanto en monolingües como en bilingües. Y veremos cómo las reglas de la lengua materna influyen la segunda lengua y viceversa.
¿Por qué resultan tan importantes las investigaciones sobre bilingüismo?
Conocer cómo maneja el cerebro las lenguas es importante para el aprendizaje de los bebés, por ejemplo. Dado el mundo globalizado en cual vivimos, hablar varias lenguas empieza a ser la norma más que la excepción y saber cómo actúa el cerebro tiene un interés obvio. Y a largo plazo esta investigaciones pueden tener consecuencias importantes para entender y tratar los trastornos del lenguaje, por poner un ejemplo.
Usted ha sido reconocida por el Gobierno vasco recientemente. En un trabajo como el suyo, dependiendo siempre de subvenciones y de recortes, ¿es la garantía de poder seguir adelante?, ¿qué más le supone?
Este reconocimiento da visibilidad a mi trabajo en el mundo científico y de cara a los organismos financiadores, y eso efectivamente es muy importante para conseguir subvenciones. Pero además nos presenta ante el público y eso lo veo primordial. Porque al fin y al cabo los investigadores trabajamos para el público, para mejorar un conocimiento global y que la calidad de vida aumente. Y la comunicación entre los científicos y el público es insuficiente, creo yo. Gracias a este tipo de premios la sociedad conoce el trabajo que hacemos.
Que este reconocimiento en particular sea dado a mujeres resulta importante porque también refleja nuestra posición en el mundo de la ciencia. Me parece muy importante que los niños y las niñas vean esto.
¿En qué momento decidió ser investigadora?, ¿tenía antecedentes familiares en este campo?
Recuerdo haber querido ser investigadora desde muy joven. No tenía antecedentes familiares, pero me apasionaban los experimentos que hacemos cuando somos niños, el uso de un microscopio, etc.
Tuve suerte porque mis padres siempre me animaron a ir por camino y hacer lo que me gustaba.
¿Durante su carrera (todavía corta) se ha sentido discriminada alguna vez por ser mujer?
No. He tenido mucha suerte. Pero conozco a mujeres que han sufrido esa discriminación y he sido testigo de comportamientos sexistas y discriminatorios. Por cierto que en este camino todos tenemos un papel importante y sería bueno contar con los hombres: tiene un especial peso cuando son ellos los que denuncian estas actititudes sexistas. Creo que tenemos que combatir todos juntos para mejorar la situación.
Desde el Gobierno vasco se hizo una campaña para que las niñas vean la ciencia y la investigación como un camino que realmente pueden recorrer. ¿Considera necesarias todavía estas iniciativas?
Más necesarias más que nunca. Los que pueden cambiar las cosas son los niños y con ellos los adultos que les están educando. Y debe hacerse desde ahora.
¿Cómo mejorar ‘la cara’ de la ciencia para la infancia?, ¿cómo hacer que este campo les resulte atractivo desde pequeños? Creo que esto está aún lejos de suceder…
Creo que los científicos tienen que hablar más con el público y con los niños y adolescentes en particular. Si la ciencia no resulta atractiva es sobre todo por falta de conocimiento. Todavía mucha gente ve al investigador como un «sabio loco» que trabaja solo y aislado en su laboratorio. Es todo el contrario. Se trabaja en equipo. Hay muchas mujeres y esa apasionante. Tendríamos que desarrollar más iniciativas como ‘La semana del cerebro’ y ‘Pint of science’ y organizar más visitas a los laboratorios para que pudiera verse todo esto en la etapa infantil.
¿Qué opina de las nuevas tecnologías en la educación infantil?, ¿y de las pantallas en general?
Usar tabletas y otros dispositivos para la educación y el aprendizaje de lenguas son medidas muy interesantes que no se tienen que descartar. De hecho más que nunca lo hemos visto durante el confinamiento. Pero ya en tiempos más normales hay programas de aprendizaje de la lectura y de nuevas lenguas que son muy eficaces.
Sin embargo las pantallas no sustituirán nunca el aprendizaje presencial. Ciertos aspectos cognitivos y de sociabilización nunca se podrían aprender únicamente a través de las mismas.
La situación ideal para mí seria favorecer el aprendizaje presencial tanto como se pueda y usar pantallas como algo complementario.
¿Alguna vez se situará el sector de la investigación donde corresponde en lo que se refiere a los presupuestos? En España ha habido una fuga importante de talentos por falta de financiación…
Es cierto que tenemos un problema importante en los países del sur de Europa respecto a la financiación y además los salarios de los investigadores son muy bajos (en comparación, por ejemplo, con países del norte de Europa y EEUU y Canadá).
Las cosas van cambiando. En el País Vasco, a través de Ikerbasque, se invierte muchísimo más en investigación que hace 10 años. Pero todavía hay mucho por hacer.
Se dice que un país que no invierte en educación e investigación es un país enfermo y los políticos deben cuidar este campo.
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