(EFE). La asociación Ucrania-Euskadi ha reclamado la creación de una mesa en la que se sienten instituciones y representantes de las asociaciones público privadas para coordinar las ayudas a los refugiados ucranianos en Euskadi.
Las representantes de esta asociación Oksana Demyanoych, Natalia Myjaylevska y Luidmila Goravliuk han comparecido este miércoles en la comisión de Derechos Humanos y Cultura de Juntas Generales de Gipuzkoa donde han expuesto la situación de los refugiados ucranianos.
Entre sus principales reclamaciones han destacado la necesidad de incrementar las plazas en los albergues, ayudas para aprender español al tiempo que han pedido que las personas que han llegado al País Vasco «no sean trasladadas indiscriminadamente a otras provincias si tienen arraigo en Esukadi».
Esta posibilidad fue uno de los temas que se trató en la reunión que mantuvieron el martes en Bilbao con el delegado del Gobierno, Denis Itxaso, ha indicado.
Demyanoych ha iniciado su intervención mostrando la «gratitud sincera por la solidaridad, la ayuda y el compromiso» mostrado por las instituciones y la sociedad vasca, que «ha sido muy acogedora» con sus conciudadanos.
Ha remarcado que Ucrania es un «pueblo pacífico» y «nunca jamás» ha atacado a nadie» y ha señalado que desde 2014 trata de mantener su «integridad» territorial, aunque «lamentablemente no ha sido escuchado».
«Más que nunca necesitamos que nos entiendan. Vamos a resistir», ha indicado la representante de esta asociación creada en 2014 con el objetivo de servir de puente entre el pueblo vasco y el ucraniano.
«Nosotras no hemos sido refugiadas, ni hemos huido de la guerra pero vosotros nos habéis dado conocimiento democrático, por ello nuestro objetivo es que todo lo aprendido en esta sociedad lo podamos traspasar a Ucrania», ha afirmado.
Natalia Myjaylesvka ha explicado que los refugiados, en cuanto cruzan la frontera, buscan un ucraniano que les ayude porque no saben el idioma.
Ha señalado que a primeros de marzo el Ayuntamiento de San Sebastián cedió a su asociación un local que ahora sirve de punto de encuentro y donde se dan clases de castellano a niños y adultos, cuatro días a la semana.
En este sentido ha precisado que el documento de acogida que se les otorga les permite trabajar y se pueden inscribir en Lanbide pero los cursos son en castellano y no pueden seguirlos.
Ha incidido en que familias asentadas en el País Vasco que eran tres antes de la guerra ahora «son ocho» porque ha acogido a sus allegados y amigos por lo que se han encontrado en la necesidad de acudir a la asociación Ucrania-Euskadi, que a su vez a acudido al Banco de Alimentos.
Gortavliuk ha incidido en que Rusia debe retirarse «totalmente» de Ucrania y ha remarcado que en su país «no se ha discriminado a los rusos» ya que ambas comunidades «han convivido» durante años al tiempo que ha rechazado que se haya prohibido hablar ruso.
Ha reforzado el llamamiento a la solidaridad de Gipuzkoa, un territorio donde vivían antes de la guerra 1.500 ucranianos, aunque ha mostrado su preocupación porque la prolongación de la guerra pueda provocar, por cansancio mental, una reducción de las ayudas.
También ha pedido que su asociación tenga la posibilidad de que las actividades de ayuda que prestan en la actualidad sean «puedan hacer de forma permanente» y ha señalado que trabajan en la búsqueda de subvenciones para llevarlas a cabo ya que es una «entidad pequeña que hace el trabajo de gigantes».
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