Hoy el Ayuntamiento de Donostia se iluminará de azul en el Día Mundial de la Diabetes, en esta ocasión con el lema ‘la Diabetes concierne a cada familia’. Detrás de esta iniciativa está la Asociación Guipuzcoana de Diabetes, que ya estuvo presente en la Behobia-San Sebastián. Además pondrá el día 16 en Tolosa (Issac Perez Mendizabal plaza) una carpa informativa con juegos infantiles y el sábado 23 celebrará en Tabakalera una jornada.
No hay que olvidar que una de cada once personas tiene diabetes; una de cada dos personas con diabetes está sin diagnosticar, más de 1 millón de niños y adolescentes tiene DM1, uno de cada seis nacimientos se ve afectado por un alto nivel de glucosa en sangre en el embarazo, 2/3 de las personas con diabetes están en edad laboral. Y se espera que el número de personas con diabetes aumente hasta 522 millones en 2030 hasta convertirse en la pandemia del siglo XXI.
La implicación de la familia es clave pero no solamente en la detección, también en el día a día, ya que el 80 % de la diabetes tipo 2 se puede prevenir mediante la adopción de estilos de vida saludable. Además el control de la diabetes requiere tratamiento diario, monitoreo regular, una dieta y estilo de vida saludable y educación continua.
La diabetes mellitus tipo 2 (DM2) es un problema de salud pública a nivel mundial. Se produce por un aumento mantenido de los niveles de glucosa (“azúcar”) en sangre. La detección temprana de la diabetes también incumbe a la familia, ya que 1 de cada 2 personas con diabetes tipo 2 no está diagnosticada. Para ello es importante conocer los principales factores de riesgo de desarrollar DM2, que son las siguientes: sobrepeso, sedentarismo. edad superior a 45 años, antecedentes de hipertensión arterial o dislipemia, antecedentes familiares de diabetes, antecedentes de diabetes gestacionales o pertenecer a un grupo étnico con alto riesgo de DM2 (población africana, asiática y latinoamericana).
En cambio, la diabetes mellitus tipo 1 (DM1) es una patología de causa aún no bien conocida y por ello no prevenible que puede aparecer en personas de cualquier edad, principalmente niños, adolescentes y adultos jóvenes, sin distinción de género ni raza. En este caso los síntomas suelen ser llamativos:
Adelgazamiento: no explicado por otras causas, e incluso a pesar del apetito aumentado.
Apetito aumentado: en algunas ocasiones, especialmente en los niños más pequeños, falta de apetito.
Sed intensa: Para compensar la pérdida de agua por la orina, incluso durante la noche.
Necesidad de orinar: Con mucha frecuencia y en grandes cantidades. A menudo, el niño que ya controlaba la orina de noche vuelve a mojar la cama o, si es más mayor, necesita levantarse varias veces a orinar por la noche.
Cansancio: Puede ser físico (falta de energía, debilidad) o psíquico (apatía, dificultad de concentración). En niños pequeños puede dar lugar a irritabilidad.
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