Durante la cuarentena las personas sordas «están doblemente aisladas». En comunicado desde la Asociación de Personas Sordas Gipuzkoanas advierten de que tienen problemas con las mascarillas en las compras, el trabajo y especialmente en los centros de salud. Respecto a este último caso, además, denuncian que no exista un protocolo de atención a las personas sordas y que el servicio de atención sobre coronavirus sea exclusivamente telefónico.
Respecto a las mascarillas, las transparentes «tampoco son una solución completa, son un recurso puntual de apoyo, pero hay personas sordas con perfiles muy diferentes, no todas pueden leer los labios y la lectura labial es cansada y complicada, no podemos depender de ello, ni todas las personas vocalizan con claridad». Así reconocen desde el colectivo que día a día crece el cansancio, la frustración y su aislamiento.
En este contexto desde la Federación Vasca, Euskal Gorrak, se ha creado una red de voluntarios para quienes puedan necesitar ayuda y no salen de casa. «Nosotros conocemos la realidad de las personas sordas, podemos comunicarnos de igual a igual en nuestra lengua. Y todas las soluciones que se pretendan dar deben contar con las propias personas sordas».
Y es que este colectivo se apoya mucho en el asociacionismo pero con la cuarentena la Asociación de Personas Sordas de Gipuzkoa permanece cerrada. «Esto hace que dependamos mucho más de la escasa información accesible que se emite en TV e internet. Necesitamos que todos los servicios y recursos sean accesibles aunque comprendemos que se trata de una situación nueva», expresan, pidiendo sensibilidad a las instituciones.
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