Este sábado comienza el trabajo en Kutxa Kultur Musika con seis nuevas bandas y solistas gipuzkoanos que tienen por delante meses para «aprender, asesorarse, reinventarse, presentarse ante el público y ensayar mucho», tal y como se expresó en conversación con DonostiTik Ainara Guzmán, responsable de esta iniciativa que ha ayudado hasta el momento a cerca de 80 grupos o solistas. Los seis elegidos para esta edición empiezan con buen pie, ya que ha sido seleccionados de entre 71 bandas. Los mimbres están puestos. A partir de ahora… a tocar.
¿Cómo ha sido la selección respecto a años anteriores?
Ha bajado un poco el número de grupos que se presentaron, pero es que en ediciones anteriores hemos llegado a tener 120 propuestas y eso es una barbaridad en un Territorio como Gipuzkoa. En esta ocasión han sido 71 bandas, creemos que porque el confinamiento supuso un parón importante para muchos proyectos musicales. Como siempre la selección se hizo de forma externa y para ello contamos con un jurado que representa todos los palos de la industria: Iker Bárbara, responsable de Zarata MondoSonoro; Julen Idigoras, locutor de radio en Gaztea B Aldea; Iñigo Argómaniz, socio y director de Get In; Mikel Amundarain de Oso polita (Last Tour) y François Maton, director artístico de Atabal.
¿Qué nos puede contar de lo que llega este año?
Es destacable que por segundo año tenemos sonido urbano. El año pasado fue J. Largo y este año es Txiltxoko, lo cual está muy bien porque refleja lo que se está haciendo. Volvemos a tener a mujeres solistas, que es algo que gusta mucho en Euskadi y en Donostia. De aquí salieron Izaron e Ido (Idoia Asurmendi), por ejemplo, y este año tenemos a Deñe. Nos gusta mucho este estilo, son mujeres que llegan muy jóvenes y con ganas de aprender.
Volvemos a tener una banda de rock, que es un género que buscamos siempre, Lamiak, que ya tiene cierta trayectoria. Y desde Urnieta y con un sonido más oscuro llega otra banda potente, Kyxo.
Contamos con un veterano, Mikel Alonso, conocido y con trayectoria en varios grupos, que llega con Tek au Maisin, un proyecto con su prima al piano. Y también hay que estar atentos a Julen, un solista joven que hasta ahora versionaba y ha empezado a hacer temas propios. Tiene una voz impresionante y mezcla euskera y castellano, que es una tendencia muy clara en los últimos años. Además en su proyecto incluye fotografía y diseño gráfico.
Kutxa Kultur ha colaborado con cerca de 80 bandas en diez años. ¿Es viable dedicarse a la música?
Es difícil, pero hay casos. Ésta es una industria muy complicada y tienes que dar un pelotazo muy grande. No hablo solo de calidad. La banda Ghost Number no se dedica solo a esto, pero ya tiene un caché muy majo. Izaro fue un bombazo y también lo ha sido Ido. Ivan, de Lemy River, tiene su estudio de grabación y desarrolla las dos actividades, y Sara Zozaya también hace representación de artistas.
¿Consideran que hay años que son mejores que otros?
Siempre hay sorpresas. Y también casos curiosos. La banda Ramona’s First Evil Boyfriend, por ejemplo, se había presentado cuatro veces hasta que fue seleccionada con un proyecto nuevo. Y hay más casos. Igual le ocurrió a Siete C, que se había presentado varias veces.
¿Hay límite de edad para presentarse?
No, ni mucho menos. Consideramos que cada cual tiene su momento creativo.
Aquí tienen asesoramiento, estudios para ensayar… ¿Qué es lo que más aprecian los grupos?
El soporte. Me acuerdo de que Ido nos decía que el simple hecho de haber sido seleccionada por un comité le daba mucha seguridad.
Hoy comienzan a trabajar. ¿Qué aspiran para este nuevo curso?, ¿hacia dónde quiere ir Kutxa Kultur Musika?
Estamos satisfechos porque de un tiempo a esta parte no solo nos felicitan los grupos, sino que nos felicitan desde la industria por cuidar a la cantera, que es nuestro trabajo. Eso nos demuestra que los agentes del sector estamos conectados. Y es esencial de cara a apoyar a los grupos.
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