La gran mayoría de las imágenes (más de 150) que se podrá ver a partir de mañana en Kutxa Kultur Artegunea no ha sido nunca expuesta y sin embargo su valor artístico y la historia, también, de su autora, prometen no dejar indiferentes a quienes se acerquen a disfrutar de la exposición ‘Margaret Watkins. Black light’. Otra gran dama del arte, en esta ocasión de la fotografía, cuya carrera iniciada con mucho éxito tuvo que abandonar para quehaceres más domésticos, en este caso el cuidado de unas tías.
Kutxa Kultur Artegunea se introduce en este mundo de la mano de la comisaria Anne Morin, que también fue responsable de la exposición sobre Vivian Maier. En esta ocasión ponen el foco en Margaret Watkins, una canadiense nacida en 1884 en una familia acomodada, que llegó a publicar en The New Yorker y otras grandes revistas y que murió en 1969 en Glasgow, prácticamente pobre y sola, y a donde había llegado 40 años pensando en retornar a Nueva York.
Anne Morin, que supo de la existencia de Margaret Watkins precisamente durante la inauguración de una de las muestras sobre Vivian Maier, ha explicado durante la inauguración que esta muestra se distribuye en cinco etapas distintas y correspondientes a la obra de esta autora.
En ‘Génesis de una obra’ (1908-1915) se muestra la etapa de formación de Margaret Watkins con especial hincapié en el paso por la escuela de verano de Clarence H. White, en Maine.
En ‘Retratos’ se ven sus primeras obras residiendo ya en Nueva York, donde Margaret Watkins trabajó primero como asistente de la reputada fotógrafa y brillante ilustradora Alice Boughton. Por el estudio de Boughton en la calle 23 pasaban a retratarse numerosas personalidades del mundo del Arte como Robert Louis Stevenson o Henry James.
En ‘Nueva York’ (1915-1928) se aprecia cómo la fotógrafa emprendió su carrera de forma independiente y ejerció como profesora de la Clarence White School en Nueva York. Su éxito fue muy importante y trabajó sin descanso en encargos publicitarios para revistas de gran tirada como The New Yorker, Ladies’ Home Journal, y Country o para los grandes almacenes Macy’s.
En la etapa ‘Europa’ (1928-1969) terminó la suerte de Watkins, que si bien se embarcó felizmente hacia Londres en 1928 y siguió por Colonia y Berlín, Postdam, París y Moscú, tuvo una abrupta llegada a Glasgow, donde se vio obligada a encargarse de la intendencia de una casa familiar donde vivían cuatro tías ya ancianas y enfermas.
El final del viaje en Artegunea coincide con ‘Fotomontajes’ (1930-1937) y con una Watkins cada vez más consciente de que no volverá jamás a Nueva York, donde había dejado todos sus trabajos y su vida. Pese a todo, en el inicio de este destierro, trabajó con su archivo y compuso fotomontajes.
Margaret Watkins falleció en Glasgow en noviembre de 1969. Poco antes dejó a su joven vecino, Joseph Mulholland, una caja negra sellada, que contiene fotografías y negativos.
Se cree que la obra que realizó en Nueva York está perdida, aunque la comisaria Morin confía en que aparezca en un futuro.
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