(EFE). Un juzgado de Irun ha dictado una orden de protección en favor de un hombre presuntamente maltratado física y psicológicamente por su compañera sentimental, y también le ha concedido de manera «exclusiva» la guardia y custodia de la hija menor de la pareja, así como el uso provisional de la vivienda en la que reside la familia.
En un auto al que ha tenido acceso EFE este juzgado acuerda la adopción de una serie de «medidas cautelares» mientras se instruye la causa que impiden a la mujer «aproximarse» a menos de cien metros del perjudicado, a su domicilio, lugar de trabajo o cualquier lugar en el que se pudiera encontrar, al tiempo que le prohíbe comunicarse con él por cualquier medio.
Aunque el documento judicial mantiene a ambos progenitores la patria potestad de la niña, otorga su guardia y custodia al padre, representado en esta causa por la letrada Beatriz Rodríguez Aparicio, si bien establece un régimen de visitas para la madre en un punto de encuentro familiar dos días a la semana, además de visitas durante fines de semana alternos.
Aunque el hombre denuncia «una serie de sucesos» presuntamente acaecidos «durante todo el período de convivencia» con su compañera, el auto se centra, para la adopción de estas medidas, en dos incidentes ocurridos los días 26 y 27 de marzo.
El primero de ellos se habría producido en el transcurso de una discusión en la que el hombre trasladó su deseo de terminar la relación a la mujer, quien habría proferido «diversas expresiones amenazantes en el sentido de llegar a perjudicar a la hija» y suicidarse.
Seguidamente habría tratado de quitarse la vida mediante la «ingesta de pastillas», hecho que fue presenciado «parcialmente» por la menor y tras el que la madre precisó de «asistencia hospitalaria».
El texto judicial explica además que, al día siguiente, en el contexto de la «turbulenta» relación que mantenía la pareja, la mujer se marchó del domicilio familiar junto a su hija, a pesar de que ésta decía que quería seguir en compañía de su padre, sin advertir al hombre dónde se encontraba la niña ni si estaba segura.
El auto recuerda también que, además de estos dos incidentes, el hombre ha denunciado haber sido agredido por su compañera sentimental en dos oportunidades de las que aportó «una grabación» al juzgado y por las que precisó «asistencia hospitalaria».
En paralelo, el hombre refirió igualmente otro episodio en el que la mujer le habría amenazado con suicidarse «en caso de terminar la relación», en el transcurso del cual el damnificado «sufrió lesiones» oculares si bien «de escasa gravedad».
Asimismo el auto consta la existencia de un «control de las actividades diarias» por parte de la denunciada que habría realizado una «innumerable sucesión de llamadas» al perjudicado.
El auto constata por ello la existencia en el caso de «indicios de criminalidad», aunque con la «prudencia» de la incipiente fase procesal en la que se encuentra en el caso.
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