(EFE). Una víctima de malos tratos ha relatado este lunes una agresión sexual por parte de su expareja ocurrida en el piso de San Sebastián, en el que ambos residían con los dos hijos de la pareja, así como distintas agresiones físicas e insultos a los que la habría sometido el varón, que se enfrenta a una petición de 20 años de cárcel por parte de la Fiscalía.
La mujer, que tiene un tercer hijo fruto de una relación anterior y que también residía en la misma vivienda, ha declarado en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa en la primera de las dos sesiones del juicio por estos hechos, durante el que ha explicado que renunció a ejercer la acusación particular contra el varón por los dos hijos que tienen en común.
La Fiscalía imputa al hombre un delito de agresión sexual; otro de maltrato habitual; uno de amenazas no condicionales, tres delitos de maltrato no habitual y un delito leve continuado de vejaciones injustas por unos hechos que habrían sucedido en dos períodos distintos a lo largo de la convivencia de la pareja, entre los años 2009 y 2017 y entre 2018 y 2019.
Violencia física y psíquica
Según la versión del Ministerio Público, durante este tiempo el acusado «ejerció sobre su pareja violencia psíquica y física de forma habitual, en forma de agresiones, desvaloraciones y desprecios».
Un período en el que, «con el ánimo de quebrantar su tranquilidad y el propósito de someter y doblegar la voluntad de su pareja», el procesado «le controlaba sus amistades, le revisaba el teléfono móvil, lo desbloqueaba» y le profería expresiones insultantes, además de agredirla físicamente.
En la sesión del juicio celebrada este lunes, la víctima ha corroborado estos hechos y ha relatado un episodio ocurrido en 2019, cuando el hombre llegó bebido a la vivienda mientras ella dormía junto a sus dos hijos menores, momento en el que se despertó porque sintió un cuchillo en el cuello, si bien la niña también se despertó y pidió a su padre que saliera de la habitación, tras lo que la pequeña le dijo: «Mamá, te he salvado la vida».
La perjudicada ha recordado asimismo que el hombre le enviaba mensajes con insultos cuando se encontraba enfadado y que en una oportunidad él le golpeó en la cara tras una discusión porque el varón pretendía ir a comprar cerveza en coche, a pesar de encontrarse bebido.
La víctima ha explicado que no hablaba de estos hechos con nadie, pero la madrugada del 17 de agosto de 2019, mientras dormía notó que el hombre la agarró del pelo y la sentó en la cama, y empezaron a discutir después de que él le hubiera cogido el móvil, tras lo que la agarró del cuello y la levantó de la cama, enfadado por un mensaje que había encontrado en el teléfono.
Una situación en la que el hijo mayor entró en la habitación, pidió al varón que se marchara y alertó a la Policía Municipal de lo sucedido.
Este joven ha declarado en otro momento de la vista y ha afirmado que aquel día escuchó gritos de su madre en el dormitorio, abrió la puerta, vio a su madre que tenía un moratón en el ojo y al hombre muy alterado, tras lo que llamó a la Policía.
También han comparecido los dos agentes que acudieron al domicilio, quienes han recordado que la víctima tenía marcas en el cuello, así como algunas lesiones antiguas en la cara.
Un tercer policía ha relatado cómo arrestó al acusado en un parque cercano, con el móvil de la víctima y las llaves de la casa en su poder.
Por su parte, la actual pareja del inculpado ha asegurado que la víctima presionó a su hija para que declarara que su padre le había puesto un cuchillo en el cuello, según le refirió a ella la propia menor.
Está previsto que el juicio continúe mañana, cuando tendrá lugar la última sesión en la que declarará el acusado.
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