(EFE). El juicio contra el que fuera elegido en 2014 Mejor Sumiller de España, Guillermo Cruz, arrancará el próximo martes en la Audiencia de Gipuzkoa por presuntamente apropiarse de «diversas botellas» de vino del restaurante Mugaritz de Errenteria, donde trabajaba, tanto para «consumo propio» como para su venta a terceros.
Este caso penal tiene una derivada ya concluida en el orden de lo social, ámbito en el que, según informó recientemente la Cadena SER, el Tribunal Supremo declaró improcedente el despido del sumiller.
El TS entendió para ello que Mugaritz había podido constatar que «la falta de numerosas botellas» se repetía «durante meses», dado que «la empresa hacía inventario trimestral de las existencias en la bodega», sin que requiriera al trabajador «explicación alguna» a pesar de que su conducta «venía acaeciendo desde meses antes del despido».
Una «actitud pasiva» por parte de la empresa con la que ésta «consintió los actos» del sumiller, a juicio del alto tribunal, que «ante la duda» decidió mostrarse «restrictivo» en su sentencia a la hora de «apreciar hechos con relevancia disciplinaria», resolviéndola «en favor» del empleado.
Con este precedente, la nueva vista penal, en la que la Fiscalía de Gipuzkoa reclamará dos años y tres meses de cárcel para Cruz, se celebrará en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa los próximos martes y miércoles, si bien aún se desconoce cómo afectará a su desarrollo la huelga indefinida en demanda de mejoras laborales a la que está llamado el colectivo de letrados de la Administración de Justicia a partir del 24 de enero.
Desde 2017
Según el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que ha tenido acceso EFE, Cruz asumió en 2018 el cargo de responsable de sala y sumillería de Mugaritz, un puesto de «plena confianza» en este establecimiento de alta cocina distinguido con dos estrellas Michelin y que regenta el chef vasco Andoni Luis Aduriz.
El documento sitúa los hechos presuntamente delictivos durante los años 2017 y 2018, período en el que el inculpado se habría apoderado de «diversas botellas, pertenecientes al restaurante» (designado cuarto mejor del mundo en 2008).
El inculpado habría destinado a su propio «consumo» una parte de estas botellas valorada en 1.744,99 euros, otra parte, tasada en 29.460,70 euros, la habría vendido a una empresa, y la fracción restante, valorada en 648,31 a una entidad distinta, «recibiendo presuntamente tales importes en su número de cuenta».
La Fiscalía considera que estos hechos son constitutivos de un delito de apropiación indebida por el que reclama para el acusado dos años y tres meses de cárcel.
En concepto de responsabilidad civil, el Ministerio Público solicita que indemnice a la parte perjudicada con 31.854 euros por el valor de las botellas, incrementado además con los intereses que legalmente correspondan.
En el contexto de este caso, las partes celebraron el pasado septiembre una audiencia preliminar que concluyó sin posibilidad de un acuerdo de conformidad, con lo que el desenlace de asunto se vio abocado a juicio.
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