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(Juicio Aintzane Pujana) El fiscal mantiene la petición de prisión permanente para el hombre y se la retira a la mujer

La defensa del varón ha pedido su libre absolución al alegar que no tuvo participación alguna en el crimen

Audiencia provincial. Foto: Santiago Farizano

San Sebastián, 18 oct (EFE).- El fiscal ha mantenido este viernes su petición de prisión permanente revisable para el varón coacusado de la muerte de Aintzane Pujana y, como ya avanzó ayer, la ha retirado para la autora confesa de las cuchilladas mortales, a la que ha aplicado una eximente incompleta de padecer un trastorno mental.

El representante del Ministerio Público ha hecho estas modificaciones durante el trámite de presentación de las conclusiones definitivas de las partes que ha tenido lugar en la penúltima sesión de este juicio con jurado que se sigue por estos hechos desde finales de septiembre en la Audiencia de Gipuzkoa.

Durante su intervención, el fiscal ha considerado al acusado varón responsable de un delito de asesinato agravado por el que ha pedido prisión permanente revisable, junto otro de detención ilegal y un tercero de mantener en la prostitución a una persona con uso de intimidación, por los que ha reclamado ocho años y medio de cárcel.

En el caso de la mujer procesada, ha retirado los cargos por detención ilegal y prostitución, y únicamente ha mantenido el de asesinato con la eximente incompleta de trastorno mental, por el que ha solicitado que se le interne un máximo de veinte años en un centro psiquiátrico y el cumplimiento posterior de diez años de prisión. Una pena de la que se descontaría el tiempo que la mujer permanezca en el citado sanatorio mental.

Libre absolución

La defensa del varón, por su parte, ha pedido su libre absolución, al alegar que no tuvo participación alguna en el crimen, mientras que la de la mujer ha solicitado que se le aplique una eximente completa por el trastorno límite de la personalidad que padece.

Momentos antes de este trámite, han declarado los dos procesados, quienes habían solicitado hacerlo en la parte final de la vista oral.

En primer lugar lo ha hecho el procesado para negar cualquier implicación en este crimen, al tiempo que ha asegurado que el sólo era un «pringado» y el «chico de los recados» de la acusada, autora confesa de las puñaladas, con la que mantuvo una relación sentimental tormentosa, conocedor de que ella ejercía la prostitución, si bien ella le dijo que quería dejarlo para dedicarse a hacer videollamadas pornográficas.

El hombre ha recordado que vivieron en distintos pisos en diferentes municipios de Gipuzkoa, así como en un apartamento que les cedió la madre de él en Hendaia (Francia), aunque siempre se veían abocados a dejarlos debido a los «tarantantanes» que le daban a ella cuando, debido al «alto nivel de vida» que llevaba se le acababa el dinero que destinaba a la compra de «cocaína», «porros», «ropa» y a la «peluquería».

Ha negado haber «gestionado» los servicios de prostitución de la acusada en primer lugar ni, más tarde, los de Aintzane Pujana, cuando la conoció.

Ha recordado que las dos mujeres eran amigas y que a finales de 2020 la acusada le dijo que Pujana iba a ir a vivir con ellos al agroturismo de Aizarnazabal en el que estaban en aquel momento, donde en ocasiones ambas «se colocaban» y solían «discutir entre ellas» hasta el punto de «ponerse agresivas».

En cuanto a la muerte de Pujana, ha comentado que aquel día las mujeres le convencieron para que llevara a Aintzane a un servicio de prostitución en Azpeitia, si bien durante el camino discutieron entre ellas, la víctima no se sentía «bien» y «vomitó» en el coche tras lo que regresaron al agroturismo.

Una discusión entre ambas

En este lugar, continuó la discusión entre ambas, de la que él se vio excluido por la procesada con la excusa de que eran «cosas de mujeres» y, a pesar de que él intentó que se callaran y dejaran de discutir, terminó abandonando el lugar agobiado durante cerca de dos horas, tras lo que al volver la otra inculpada le dijo que Pujana «ya no estaba».

La procesada, que ha declarado en segundo lugar, ha negado la versión del otro acusado, del que ha dicho que la sometía a malos tratos y no le permitía usar los teléfonos más que para responder a los clientes que preferían escuchar una voz de mujer, aunque el luego respondía a los mensajes de Whatsapp.

Esta mujer ha señalado que fue el inculpado quien llevó a Pujana a vivir con ellos y que era él quien «gestionaba los servicios de prostitución» de ésta, a la que ella le llegó a plantear sin éxito la posibilidad de escapar las dos del «terror» de aquella casa.

La procesada ha admitido además que los coacusados propinaron una paliza a la fallecida a medio camino entre Azpeitia y Aizarnazabal después de que Aintzane no quisiera prestar el servicio de prostitución, si bien ha recalcado que ella no quería golpearla ni darle patadas y que lo hizo obligada por el varón y el miedo que tenía a que, de no hacerlo, él la matara a ella.

De esta misma manera, tras montar a la víctima malherida y «sangrando» en el coche, una vez de vuelta en el agroturismo, él le dijo a gritos y en un ambiente de tensión que la acuchillara en el «pecho» y en el «cuello», mientras la insultaba, por lo que la apuñaló en el «estómago» aunque «no quería» y porque «temía» por su propia vida. 


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