(Redacción/EFE). Dos ertzainas han declarado esta mañana como testigos en el Palacio de la Audiencia con motivo del juicio al fotógrafo Kote Cabezudo, proceso que ha cumplido hoy su décima jornada. Ambos han narrado cómo transcurrió su inspección del domicilio de Cabezudo en la calle Urbieta el 30 de julio de 2014, que el fotógrafo se mostró «colaborador» y que se llevaron tres discos duros. También han contado que nunca llegaron a inspeccionar al estudio que el acusado tenía en la calle Palacio del barrio del Antiguo.
Después de varios días a puerta cerrada por petición del abogado de la acusación particular, se ha podido escuchar en audiencia pública a los dos agentes que entraron en el domicilio de Cabezudo en la fecha citada.
También han narrado que Cabezudo, que colaboró con ellos, les dijo que el local del Antiguo estaba «abandonado o alquilado» y que tras consultarlo con el juzgado de instrucción se les dijo que no acudieran hasta allí.
Durante la visita al domicilio de Cabezudo se encontraba presente la mujer del fotógrafo, según han recordado ambos.
Dos víctimas más
Antes del testimonio de estos agentes han declarado dos víctimas de Cabezudo, la primera de ellas una modelo con la que, según el escrito de acusación de la Fiscalía, el procesado llevó a cabo varias sesiones fotográficas en 2007, cuando la chica tenía 17 años, «en las que aparecía desnuda y con exposición de sus partes íntimas».
Unas imágenes que habrían sido publicadas posteriormente por el inculpado en páginas de internet en las que supuestamente «se ofrecía, previo pago, material pornográfico» y que presuntamente eran «gestionadas» por él, aunque también en otros sitios web, en los que en marzo de 2016 seguían publicadas «sin autorización» de la perjudicada.
La segunda víctima, representada únicamente por la acusación particular y no por la Fiscalía, habría realizado también varias sesiones de fotos con el procesado en el año 1995 sin al parecer haber sido informada «suficientemente» de lo que perseguía con el material que pensaba obtener.
De esta manera, el inculpado le habría hecho firmar un contrato para compartir posteriormente las imágenes en las que aparecía desnuda en páginas pornográficas.
Según el escrito de la acusación particular, el lucro obtenido por Cabezudo «en virtud» de este contrato se habría extendido hasta «al menos 2013», fecha en la que supuestamente «seguía haciendo uso del material» en una de sus páginas web.
Además de estas dos víctimas y los citados ertzainas, en la sesión de este miércoles también ha declarado otra chica que en su momento también denunció al fotógrafo, si bien los hechos relativos a ella han sido declarado prescritos.
Está previsto que el juicio continúe mañana con la declaración de nuevos testigos.
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