La maravillosa actriz Judi Dench, Premio Donostia, gana en las distancias cortas. A sus 83 años y conviviendo entre piropos esta dama británica no pierde ni la perspectiva ni el humor y da la sensación de que su carrera está por comenzar. De hecho se ha referido en varios momentos de la charla con los periodistas a que permanentemente busca trabajo cuando ya lleva 61 años ejerciendo como actriz. Cuestionada sobre la clave de su éxito («su voz, su mirada, sus gestos…»), ha asegurado que no lo tiene claro. «Lo hago lo mejor que puedo y me digo a mí misma que no soy la única que puede hacerlo. Eso hay que tenerlo siempre en cuenta…»
Junto a Judi Dench está en Donostia el director de ‘Red Joan’ Trevor Nunn, con el que le une a la actriz, además de este film, un enorme amor por Shakespeare.
«Debo mi carrera a muchas de las personas que han trabajado conmigo», ha comentado Dench, que ha recordado con enorme cariño a Kevin Spacey, inmerso en una situación muy delicada tras haber sido acusado de acoso sexual. «No puedo aprobarlo de ninguna manera», ha dicho Dench, para añadir inmeditamente y de forma muy clara que «Spacey fue y es un actor maravilloso. Y es un buen amigo». De hecho ha narrado también que el actor fue clave para salir adelante tras quedarse viuda.
También se ha referido Dench a su papel en ‘Philomena’, la historia de la mujer que buscaba a su hijo tras haber sido éste un bebé robado. «Conocí a la protagonista real y me sorprendió enormemente, tenía un gran sentido del humor y era una persona muy resistente. Llena de vida. No parecía que hubiera sufrido esa tragedia», ha expresado.
«Podría hablar horas durante los personajes que he interpretado», ha expresado la británica, que cayó en la pasión del teatro siguiendo a su hermano y nunca tuvo la mínima intención de dedicarse al cine. «Un día me dijeron que alguien cuyo nombre no diré quería hablar conmigo sobre una película. Nos reunimos. Me dijo que yo nunca haría ninguna película porque mi cara no estaba bien. Me fui pensando que me daba igual, yo no quería».
Después se le presentó la oportunidad y entró en este mundo que hoy tiene rendido. «Aprendí estando ya dentro que hay que tener los pensamientos adecuados en la cabeza porque la cámara, que es muy sensible, los va a percibir. Incluso ve lo que tienes en los ojos».
La risa le ha entrado a Dench cuando le han preguntado sobre su condición de mujer poderosa en el sector. «No me considero poderosa, no tengo poder alguno, tengo que esperar a que me llamen para hacer un trabajo. Yo no puedo hacer nada. 61 años más tarde sigo siendo una actriz que busca trabajo», ha comentado entre sonrisas.
Preocupada por el medio ambiente («estamos perdiendo mucha vida salvaje») la actriz, cuestionada sobre los movimientos feministas, ha asegurado que es momento para cambios y que ciertamente ahora hay más papeles para mujeres. «Hay cosas que se tienen que abordar y arreglarse», ha afirmado.
Judi Dench recibe el Premio Donostia a los 83 años asegurando que aceptaría un papel en el teatro si las sesiones se limitaran a cuatro por semana, por ejemplo, como ya hizo en su momento. Y dispuesta a seguir leyendo guiones. Por si las dudas.
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