El matrimonio donostiarra formado por José Ramón Zalacaín y Ana Loreto Martín abrió la librería Armageddon Cómic en Amara hace ya 30 años. Corría el año 92 cuando ambos («por iniciativa de Ana, que es la que tenía visión comercial») se lanzaron a una aventura que «más allá de la ilusión que supone abrir un negocio» no pensaban que tendría tan largo alcance. A lo largo de esta andadura el mundo del cómic ha cambiado mucho y ha visto revalorizado su estatus. No en vano este próximo miércoles se entregará en esta librería el premio Euskadi de Plata que, por primera vez, cuenta con esta categoría. De todo ello habla José Ramón Zalacaín con DonostiTik.
¿Cómo recuerda el inicio?
Los cómics eran mi pasión y en el 92 estaba terminando una ingeniería técnica. Mi mujer, que entonces era mi novia, me acompañaba a los quioscos de la Avenida. Ella tenía una visión comercial porque tenía un negocio y me lo propuso. En la plaza de los Estudios estuvimos unos cinco años y después nos trasladamos a este local de Marcelino Soroa.
¿Cómo ha cambiado este mundo en 30 años?
Ha cambiado completamente a nivel de edición y de distribución y también ha habido una ampliación de formatos. Antes eran los cuadernillos con las grapas, ahora los integrales, las novelas gráficas… hay editoriales y distribuidoras especializadas en este material. Y a la vez el número de publicaciones anuales se ha duplicado o triplicado, no lo sé con precisión, pero es una barbaridad. Me falta espacio para las cosas que llegan. Por ejemplo el fenómeno manga, que tuvo un ‘boom’ en los 90, vuelve a estar en pleno auge.
¿Le sorprende esto último?
Me sorprende un poco que las editoriales publiquen tanto manga, pero se ve que se vende porque no van a perder dinero…
¿Y usted que lee?, porque las posibilidades que dan estas estanterías son inmensas…
Pues sí leo algo de manga, pero yo soy un niño de superhéroes. He crecido con Marvel. Para estar al día leo siempre un poco de todo, manga, cómics europeos, releo un Mortadelo y me echo unas risas…
Hablando de superhéroes, ¿nunca pasan de moda?, en el mundo infantil están muy presentes…
Desde luego. Pero es que eso forma parte del ser humano desde que somos pequeños y uno quiere ser el más fuerte, el más grande, el más hábil. Y otros personajes que no son superhéroes también tiran un poco de eso: Tintín, Astérix…
¿Y desde el punto de vista del negocio?, ¿cómo han sido estos 30 años?
Como en cualquier empresa nos hemos visto afectados por las circunstancias económicas globales. A primeros de los 90 nos iba muy bien, pero la crisis de 2009 fue terrible. Una tienda de cómics no vende imprescindibles, y cuando las cosas vienen mal dadas te quitas cine, cerveza, cómics… Ahora la cosa no va mal, pero estamos en la cuerda floja. Nos hemos acostumbrado al ‘virgencita que me quede como estoy’.
¿Les ha hecho daño internet?
Creo que no. Pero toquemos madera. A quien les gusta esto quiere sentir el papel, tocarlo y coleccionarlo. Y en una tablet no ves el tamaño original. Conozco a gente que lee en digital y luego se compra el cómic en la librería.
Antes hubo otra librería especializada en Donostia, ¿verdad?
Sí. Antes que nosotros, en la calle Etxaide, había una tienda que se llamaba ‘Cómics’. La llevaba Susana Paternina con ayuda de Luis Gasca porque eran muy amigos y él la asesoraba. Esa tienda fue el germen. Cerró pasados unos años y nosotros aún tardamos en abrir Armageddon. Durante muchos años hemos sido los únicos. Ahora hay otra tienda en Donostia y además hay otros establecimientos que venden cómics. No somos los primeros que ha habido en esta ciudad, pero sí los que más tiempo hemos estado.
¿Sigue habiendo un cliente ‘tipo’?, ¿un perfil claro del comprador habitual?
Antes el cliente ‘tipo’ era hombre y con el paso de los años se han incorporado las mujeres. Hoy en día el comprador habitual es una persona ya de cierta edad y por eso las editoriales están publicando muchos integrales. Hay otros formatos y temáticas dirigidos a gente más joven.
Se es lector de cómics toda la vida igual que ocurre con las novelas, por ejemplo. Solo varía el tipo de cómics que uno lee. Se me viene a la cabeza que yo tendría unos 20 años cuando Forum publicó la colección Novelas Gráficas y la primera se titulaba ‘Dios ama, el hombre mata’. No me lo pude comprar porque costaba 500 pesetas. Tenía tapa dura, me acuerdo perfectamente de aquello.
¿Y la fama que arrastra el comprador de cómics?, ¿la de friki?, ¿eso cambia?
En realidad sí porque lo de friki es más nuevo. Pero de primeras el cómic se consideraba como algo para niños. «Ah, ¿tú lees tebeos?», se decía. Lo del friki es posterior por la fama de coleccionista que tiene el comprador habitual.
Me parece que ustedes venden todo nuevo. ¿Nunca ha tenido la tentación de meterse en el mercado del cómic viejo?
A lo largo de estos 30 años alguna vez me han llamado para desprenderse de una colección que una familia había heredado, por ejemplo. Pero no nos hemos metido. Aquí tenemos algún cómic antiguo que se ha quedado sin vender y lo conservamos, pero nada más. Es otro negocio.
Ha muerto esta misma semana, además joven, el dibujante Carlos Pacheco, y han sido numerosas las muestras de pesar. El cómic español está de luto. ¿Era el mejor?
Justo lo hablaba ayer con un cliente. Pacheco fue un pionero. Fue el que dio el gran salto para trabajar en Estados Unidos con las grandes editoriales como Marvel o DC Comics. Abrió la senda por la que entró la montaña de dibujantes españoles buenísimos que hay hoy en día. Y decimos buenísimos sin reparos. De hecho muy recientemente le han dado Álvaro Martínez Bueno, que es santanderino pero está afincado aquí en Donostia, el premio Eisner a una serie. Lo de Pacheco ha sido una pena.
Este miércoles se entregará aquí mismo, en Armageddon, el primer Euskadi de Plata en categoría de cómic o novela gráfica a Teresa Valero por ‘Contrapaso’. ¿Qué le parece esta obra?
Es otra muestra del buen momento del cómic español del que hablábamos. Teresa Valero es dibujante y guionista y es una creadora que hace cosas muy buenas. ‘Contrapaso’ ya venía premiada. Es una gran obra sin duda. Y nos viene muy bien que se dignifique el mundo del cómic con premios como éste.
¿Es momento de brindar por 30 años más con Armageddon?
(Se ríe). 30 años más no, por favor. Que nos ponemos en unas edades… Pero hasta aquí hemos llegado encantados.
Deja un comentario